CAPÍTULO 69: LAS SOSPECHAS DE ANA.
Me levanté sudando a pesar de haber dormido con aire
acondicionado. Todavía no me creía las palabras que yo misma le había dicho a
KiJin. A veces me odiaba a mí misma por hablar sin pensar, sobre todo, teniendo
en cuenta que a HyunJo ni siquiera le había dado una respuesta oficial. Ni
siquiera me atrevía a afrontarlo de cara. Ni siquiera sabía si realmente lo que
quería era estar con él y ser algo más que simplemente una amiga. Pero el
simple hecho de dudar me incitaba a intentarlo. Yo tenía claro que a HyunJo lo
quería mucho y que no podía negar la atracción que sentía por él, pero no era a
él a quién quería tener a mi lado. Sin embargo, algo en mi interior me decía
que debía intentarlo y descubrir cómo sería mi vida si él fuera quién estuviera
conmigo.
Salí de la habitación con cara de pocos amigos y me
encontré a HyunJo en el salón leyendo mientras sonaba música Zen en la
televisión. Parecía muy relajado y ajeno a todo lo que había pasado el día
anterior. La conversación con KiJin acabó así, sin más y después de eso,
recogió sus cosas y se marchó. Después
de eso, subí para casa y me encerré en mi habitación ignorando los golpecitos
que HyunJo daba en la puerta y me derrumbé en la cama sin haber asimilado
todavía todo lo que había sucedido. Todo se había estropeado en cuestión de
pocas semanas, la separación de BMS, el cumpleaños de JongDong, la propuesta de
HyunJo, mi discusión con KiJin… todavía no entendía cómo y porqué los
acontecimientos se habían dado de aquella forma. Tampoco hablé con mi hermana y
SooRi después de irme de allí, ni siquiera sé cómo terminó aquel nefasto
cumpleaños y si JoonChae llegó a asistir o no. Pero a pesar de todo ello, ahí
estaba HyunJo tan calmado como siempre. Mirarlo me trajo algo de paz interior.
Tal vez tendría razón KiJin… tal vez la persona con la que de verdad debería
estar es HyunJo.
·
¿Ya te has despertado?
·
Sí. – me acerqué un poco más hasta su posición y me senté en una
parte del sofá. – Siento lo de ayer.
·
¿El qué?
·
No abrirte la puerta y… bueno todo eso.
·
Tranquila, tus razones tendrías.
·
Sí…
·
Volviste muy pronto del cumpleaños, ¿y eso?
·
Digamos que las cosas no salieron como una planeó, pero al menos pudimos
celebrarlo.
·
¿Siguen las cosas tensas entre ellos?
·
Sí…
·
Pensé que ya se habría solucionado.
·
¿Wae?
·
Esta mañana vino KiJin hyeong ha traerme las llaves del piso de
arriba y darme las gracias por todo.
·
¿Cómo?
·
Sí, me dijo que ya había encontrado otro sitio donde hospedarse y
por ello supuse que las cosas habían mejorado.
·
Mollane, jinjja.
·
Pensé que tal vez él ya te lo habría contado o algo.
·
Anny… no tenemos una relación tan cercana como creía.
·
Ya veo.
·
HyunJo…
·
Dime.
·
¿Te apetece que hagamos hoy algo?
·
Claro, podemos hacer maratón de pelis, pedir comida a domicilio y
cuidarnos la piel, ¿qué te parece?
·
Me parece una idea genial.
·
Por cierto, te he dejado algo de comida en el frigorífico por si
quieres calentarte algún plato, bella durmiente.
·
¿Tan tarde es?
·
Son casi las tres del medio día.
·
Omo, pues se me han pasado las horas volando. Voy a vestirme
primero y en comer algo si quieres comenzamos con el maratón de pelis, ve
buscando.
Me metí de nuevo en mi habitación y levanté la
persiana. La luz me cegó. Estaba haciendo lo correcto, sí. Era lo mejor para
todos. Olvidarme todo y centrarme en mi vida ordinaria, el próximo curso
académico, la composición que llevaba haciendo y en HyunJo. Aunque me intentaba
auto convencer mis pensamientos tenían otra dirección. Todo se centraba en
intentar contestar la pregunta de: ¿por qué KiJin salió de casa? ¿Qué tan
importante era lo que tenía qué hacer?
* * *
* *
Desperté aquella mañana del 19 de julio cansado y
destrozado. No había dormido bien. Tenía demasiadas preocupaciones, la prensa,
el grupo, la empresa, Álex y nada salía como quería. Estaba harto de todo. Lo
más sencillo sería dejarlo todo pasar, pero no podía dejar las cosas tal y cómo
estaban. Conseguí alquilar un apartamento en una zona discreta con la ayuda de
Ana. En un principio iba a quedarme en el apartamento de HyunJo, pero tras lo
sucedido ayer, me vi obligado a llamar a Ana.
·
¿KiJin-sshi?
·
Annyeonghaseyo, Ana-sshi.
·
¿Se le ha olvidado comentarme algo antes? Me sorprende su llamada,
apenas hace unos 40 minutos que nos separamos.
·
Annyo. Necesito su ayuda para otra cosa.
·
Dígame.
·
Necesito un lugar donde alojarme.
·
Está bien, le llamo en una media hora.
·
Agradecería un lugar discreto y…
·
No se preocupe, solo lo sabremos nosotros. En una media hora le
mandaré la dirección de su alojamiento.
·
Ana-sshi, gomawoyo. – noté preocupación en mi propia voz.
·
No se preocupe, después de lo de hace algunas horas con usted y
JoonChae, creo que sé por dónde seguir, además junto con los documentos que nos
proporcionó Eric, no pienso dejar que esto quede así. Solo necesitamos un poco
más de tiempo. Creo y solo creo que empiezo a rellenar los huecos en blanco.
·
Ana-sshi, de nuevo, gomawoyo.
·
Y yo lo siento.
·
¿El qué?
·
Que haya tenido que ser hoy esa reunión… Sé que hoy es un día
importante para…
·
Dee, pero ahora lo primordial es conocer la verdad para poder volver
a la normalidad. No se pudo evitar, Tveit solo podía quedar hoy y la
información que nos ha proporcionado era necesaria y entiendo que no quisiera
mandar los documentos y directamente dárselos a usted.
·
Ya…, pero eso no cambiará el hecho de que me sienta en parte
culpable… y por ello quería disculparme.
·
Ana-sshi, usted no tiene que pedir disculpas de nada. Si no fuera
por usted no sé que sería de nosotros.
·
Me va a sacar otra vez los colores, y ¿qué dijimos del “usted”?
·
Lo siento, gomawo Ana.
·
No hay de qué. Estamos en contacto.
* *
* * *
Ana se sentó en su silla de lo que ahora era su
despacho. Se tocó las sienes. No podía creer que ya tuviera dolor de cabeza
siendo tan solo las 08:30 de la mañana. En parte sabía por qué era. Desde la
noticia de PyeongDa, no conseguía dormir bien por las noches. Se levantó y tomó
la cafetera que siempre tenía consigo. Se vertió una taza bien cargada de café
aun caliente. Inhaló el dulce aroma que tanto amaba, dio un pequeño sorbo y
degustó el amargor.
·
Es hora de trabajar. Que no sea en vano el chute de cafeína.
Se levantó y se puso enfrente de la pizarra blanca
con ruedas que había comprado hacía unos días. Aunque sabía que no debía
hacerlo, Ana estaba disfrutando de aquello. Siempre había amado los libros de
detectives y, en general, todo lo relacionado con la deducción, admirando, como
no, a Conan Doyle y sus historias de Sherlock Holmes. Y por fin había llegado
el momento de poner práctica todo lo aprendido. Dividió la pizarra en tres
secciones: Problemas, preguntas, soluciones e hipótesis. Cogió un rotulador
rojo y se puso a escribir en la pizarra todos los hechos que había averiguado
hasta el momento.
1.
Ahn PyeongDa: actual CEO de la compañía MS con 75% de las acciones,
de padres coreanos, pero nacionalidad japonesa. Ha trabajado en diversas
empresas en las que no ha durado mucho bajo distintos nombres.
2.
Contrato de Ahn PyeongDa firmado por mi tío que establece que él
presenta el 75% de las acciones y yo el 25%, además de deber abandonar la
compañía en cuanto acabe el año.
3. Anh
PyeongDa forzó a JoonChae a seguir su carrera en solitario a costa de los
contratos del resto de integrantes, ya que le dijo que la empresa solo lo necesita
a él, ya que, aparentemente, han perdido ingresos con este último comeback. Como
solución le propuso obtener una desorbitada cantidad de dinero como solista en
un intervalo de tiempo de 2 años. KiJin se hizo el responsable para no causar
un mayor revuelo.
A Ana le surgieron varias preguntas
después de exponer los 3 puntos principales de su investigación y las fue
anotando en color negro.
1. Ahn
PyeongDa no puede trabajar solo, ¿para quién trabaja? ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Por qué
tiene a BMS en el punto de mira?
2. ¿Está
relacionados los puntos referentes a mi puesto de trabajo con la posición del
grupo?
3. ¿Sabría
el CEO que SooRi y JoonChae tenían algún tipo de relación? ¿Sería ello
relevante?
4. ¿Por qué
ha esperado hasta ahora para hacerlo? ¿De verdad la situación económica de la
empresa es tan grave?
5. ¿Por qué
mi tío contrataría a alguien como Ahn PyeongDa para sustituirlo? ¿El contrato
era falso o verídico?
Tomó todos los documentos que tenía
encima de la mesa que llevaba leyendo sin parar desde ayer y se puso a a
escribir los pequeños hechos que habían conseguido averiguar.
2. Seguro, pero no tenía pruebas.
4. La
situación económica de la empresa se encontraba en perfectas condiciones, es
más, tenían fondos hasta para superar algún fraude o timo, por lo que mentía
con respecto a la situación financiera de la compañía, por lo que el dinero sería
para beneficio propio o para beneficio de quien estaba detrás.
5. Para
tenerlo vigilado. Me consta que ha estado investigándolo desde hace varios años
y con ello descubrimos las identidades falsas. Por último, Eric nos
proporcionó documentos donde se afirmaba que el contrato que me había enseñado
Ahn PyeongDa era falso, ya que mi tío no tenía constancia de ello. Justo para
cuando se emitió ese contrato él firmó, en teoría, uno que habilitaba la colaboración
de SooRi y JoonChae, lo que me llega a pensar que tal vez la pregunta 3 sea clave
también.
Ana se quedó mirando la pizarra y se
mordió el labio inferior. A pesar de que le había dicho a KiJin que comenzaba a
entender las cosas, se encontraba perdida y sin saber cómo continuar. Solo le
había dicho eso para animarlo. Volvió a leer las preguntas planteadas y decidió
que lo más importante ahora era descubrir las anotadas en la posición 1. Seguro
que si averiguaba algo sobre quién andaba detrás las cosas comenzarían a
moverse rápidamente. Le hizo una foto a la pizarra y borró todo lo que había
escrito. No podía dejar que nadie de la compañía supiera lo que pasaba. Más tarde
copiaría de nuevo las cosas en la pizarra que también tenía en casa. Cogió su
teléfono y marcó un número que sin darse cuenta se había aprendido de memoria.
· ¿A qué
debo tan grata sorpresa?
· Relájate,
necesito que me ayudes con una cosa.
· ¿Qué es?
¿Tiene que ver con lo que solo saben 4 personas?
· Sí.
· ¿Qué
necesitas?
· No sé
cómo continuar, así que necesito que me busques toda la información que puedas
obtener de nuestro Betrüger (impostor). – Así es como habían decidido llamarlo
por si alguien los escuchaba hablar.
· Veré qué
puedo hacer.
· Gracias.
· ¿No
crees que ya va siendo hora de que me cobre mi recompensa?
· …
· Ana no
me evites lo más importante eh.
· ¿Cuánto
tiempo crees que necesitarás?
· No sé, voy
a dedicarle todo mi tiempo libre. – Ana se sentía un poco mal de aprovecharse de
él.
· Eric.
· ¿Algo
más?
· ¿Cómo
tienes el día 1?
· Déjame
que mire la agenda. – se escuchaba como caían cosas al suelo. – Dame un minuto.
· Sí,
claro. ¿Va todo bien?
· Sí, solo
se me han caído un par de pilas de papeles y el portátil, nada grave.
· Comprendo.
· Vale ya
estoy. Día 1, libre, ¿por qué?
· ¿Enserio
Eric? ¿Enserio?
· Ah sí,
yo creo que en 12 días habré conseguido algo de información.
· ¿Qué?
No. Osea, si consigues información para entonces genial, pero si la tienes
antes o después me vas comentando.
· ¿Entonces?
· ¿Me vas
a hacer decirlo?
· Supongo,
no sé de qué hablam…, espera, ¿no será…?
· Sí, la “recompensa”
que te prometí.
· Al fin
una cita en condiciones y encima el día de tu cumpleaños. Esto debe ser ya algo
serio para ti, ¿eh?
· Cállate.
– Ana se disponía a colgar.
· Ana.
· Dime Eric.
· Gracias.
– y colgó, lo que sorprendió a Ana.
· Encima
me cuelga. – dijo mientras guardaba su teléfono con una pequeña sonrisa.
Aunque Ana le había pedido a Eric que investigase
a Ahn PyeongDa, esperaba ella también encontrar cualquier tipo de información
que le sirviera para agilizar aquello. No le quedaba mucho tiempo y no podía
desperdiciarlo. Volvió a coger su teléfono y marcó otro número.
· ¿Ana-sshi?
· Sí, soy
yo.
· ¿Ocurre
algo?
· ¿Podemos
reunirnos en mi despacho?
· ¿Jigeum?
· En
cuanto pueda.
· Tengo
que terminar de componer unas can…
· Es sobre
lo que hablamos ayer.
· Deme 10
minutos y enseguida estaré allí.
· Perfecto.
Y, JoonChae…
· ¿Si?
· Discreción.
· Entendido.
· Si le
preguntan, diga que le he pedido que venga para aclarar algunos términos de su
contrato solista de los que yo no tenía constancia.
· Entendido,
enseguida nos vemos.
Ana sirvió dos tazas de café y dispuso
algunos papeles sobre su escritorio y sacó su libreta en la que comenzó a apuntar
todas las cosas que quería preguntarle a JoonChae para no olvidar nada. A pesar
de todo, le daba miedo que Ahn PyeongDa descubriera todo lo que estaban
haciendo y terminara de destruir, no solo a ella, sino también a BMS y a Eric…
· Maldición.
– Susurró para sí misma. Sonaron unos golpes en su puerta. – Adelante.
· Hola. –
Ana se sorprendió al ver que no era JoonChae quien cruzaba la puerta.
· ¿Qué
haces aquí?
· Ver que
te encuentras cómoda en tu nuevo despacho.
· Estupendamente.
Y ahora que ya lo has visto, puedes irte.
· Tienes
que relajarte, vives alterada. Hay dos tazas de café, ¿esperas a alguien?
· Guau,
asombrosa deducción Sherlock.
· ¿A
quién? Si puede saberse.
· Dulci,
¿a qué has venido?
· ¿Seolma…?
· Deja de
usar tus pocas neuronas que ya empieza a oler a quemado y la deducción no es lo
tuyo.
· ¿Entonces
no has quedado con tu querido “amorcito”? – A Ana no le gustó el tono en el que
lo dijo.
· Si
tienes algún problema me lo dices. Y no, hoy no he quedado con él. Tengo una
reunión de trabajo y estoy esperando.
· Aaah, ya
veo. Entonces no te entretengo más, Ricitos.
· Gracias.
KiMin estaba apunto de abrir la puerta
para irse cuando recordó algo que tenía que decirle.
· Ah, casi
lo olvido.
· Dulci…
si vas a lanzar alguna de las tuyas ahórratelo, hoy no estoy de humor.
· Es sobre
el CEO. – Ana intentó disimular su asombro, pero no pudo.
· ¿Qué
ocurre?
· No sé si
será importante, pero me ha llamado la atención.
· ¿Si?
· Antes
tenía una reunión con él junto con el resto del grupo, porque a lo mejor
introducen a nuevos miembros. – Ana ya ni se sorprendió de no saber qué ocurría
en aquella empresa. – y cuando llegué a su despacho, iba a tocar, pero…
· ¿Pero?
Venga Dulci, al grano.
· Se
escuchaban gritos desde el interior del despacho.
· ¿Gritos?
¿Una discusión con alguien más?
· Eso he pensado
yo también. He supuesto que discutía de forma muy alterada con alguien por
teléfono, ya que como te digo, los gritos se escuchaban perfectamente desde
fuera.
· ¿Y qué
decían?
· No lo
sé.
· ¿Cómo
que no? Si acabas de decirme que se escuchaba perfectamente.
· Sí, pero
mi nivel de japonés es nulo, Ricitos.
· ¿Japonés?
· Sí,
pensé que tal vez tú sabrías algo de lo que pasaba.
· ¿Y
recuerdas alguna palabra? Aunque no sepas como se escribe o se dice exactamente,
¿recuerdas algo? – Ana parecía impacientarse.
· Mmmh,
pues… - sonó la puerta y JoonChae se sorprendió al ver a KiMin allí. – Oh,
hyeong, ¿tienes una reunión con Ana? – JoonChae asintió.
· KiMin,
continuaremos la conversación más adelante.
· Está
bien.
Cuando KiMin abandonó el despacho, Ana le
hizo una señal a JoonChae para que se sentara en la silla que había enfrente de
ella y le tendió la taza de café.
· ¿De qué
quiere hablar exactamente?
· Voy a ir
al grano. Sé que esta conversación puede que te traiga malos recuerdos, pero es
necesaria.
· De
acuerdo.
· ¿Cuándo
comenzaste a salir con SooRi?
· ¿Qué?
¿Qué tiene de relevante esto?
· Cíñete a
contestar lo que te pregunto. Todo lo que me digas seguro que me sirve de
ayuda.
· Esta
bien. – suspiró. – El 18 de abril.
· ¿El día
de la fiesta?
· Sí.
· ¿Cuándo
fue la fecha de vuestro último comeback?
· El 4 de
junio y según el CEO no tuvo una buena acogida.
· ¿Cuándo
te reuniste con el CEO?
· No me
acuerdo mucho, pero teniendo en cuenta que nos disolvimos oficialmente el 25 de
junio, supongo que unos días antes.
· ¿Cuándo
salió tu MV con SooRi?
· El 18 de
junio
· ¿Puso el
CEO algún impedimento en que sacarais esa colaboración?
· Sorprendentemente
no puso demasiadas objeciones.
· Si no
recuerdo mal, tuvo una importante repercusión en cuanto a descargas y visitas,
puede que eso le llamara la atención y por eso, en parte, decidiera hacerte
solista.
· Podría
ser, aunque la idea principalmente fue de SooRi. Siempre me dijo que estaría
bien que sacara algo en solitario, pero sin dejar al grupo, claramente. Como
algo extra a mis actividades con BMS.
· ¿Ah si? ¿Y
de esos pensamientos quién tenía constancia?
· Pues casi
todas las personas que nos rodean. Mmmnh recuerdo que alguna vez comiendo con
KiBum y Akuma, lo comentó. Pero ya le digo, que siempre desde el punto de vista
de una oportunidad para mí, pero sin apagar los focos a mis compañeros.
· Ahora
entiendo el revuelo con SooRi y KiBum.
· Pues yo
sinceramente, que quiere que le diga, todavía no llegó a comprender su enfado.
· ¿A qué
te refieres?
· No sé cómo
llegó a la conclusión de que todo aquello había sucedido por culpa de SooRi. Es
cierto que es mucha casualidad que pocos días después de que SooRi propusiera hacer
una canción juntos, el CEO dijera todo lo que ya sabe, pero no sé. Me cuesta
creer que piense de ella así.
· Durante
la discusión con ella, ¿dijo algo raro?
· Ahora
que lo dice…
· ¿Si?
· No estoy
seguro, puede que incluso no lo dijera en ese momento.
· Da
igual, cualquier cosa viene bien.
· Creo
recordar que dijo algo como “Él tenía razón o ella tenía razón” o algo
semejante.
· Ya veo. –
Ana anotaba todo lo que JoonChae le contaba sin perderse ningún detalle.
· Por
último, ¿qué habéis estado haciendo de forma individual todo BMS?
· ¿Se
refiere a actividades extras al grupo?
· Exactamente
a eso.
· Pues que
yo sepa, SaeByeong se ha centrado en su carrera como actor, KiJin-hyeong ya lo
sabe, JongDong creo que andará algo perdido y confuso y KiBum, a excepción de
la colaboración que tuvo con NeRa y el programa de We got married con Akuma que
acabó el 20 de junio, creo que no ha hecho ni está haciendo, por ahora, nada más.
· Muchas
gracias por todo, JoonChae, ya puedes retirarte. Te informaré si averiguo algo
importante o vuelvo a necesitar tu ayuda.
Ana organizó las fechas:
-
18 de abril: comienzo de SooRi y JoonChae.
-
4 de junio: último comeback de BMS, sin buena
aceptación, en teoría.
-
18 de junio: MV de JoonChae y SooRi con muy buena
acogida.
-
20 de junio: final de WGM, sin relevancia.
-
25 de junio: disolución de BMS.
Ana cada vez tenía la cabeza con más
información y veía todo aquello como un sin sentido. De lo que estaba segura es
de que las casualidades no existen y que todos esos acontecimientos habían
ocurrido así por algo, sobre todo al comprobar que en todos los casos la fecha,
a excepción del comienzo de la relación entre SooRi y JoonChae, habían sido
escogidas por Ahn PyeongDa. Algo allí no cuadraba. Ana terminó saturando su
cerebro y el dolor de cabezo volvió de nuevo. Miró el reloj. Ya pasaban de la
13:00. Decidió salir a tomar el aire fresco, todo lo fresco que podía ser el
aire de verano y así aprovecharía también para comer y tomarse su tercer café
del día. Guardó todos los documentos en su mochila, que colgó a su espalda.
Cerró el despacho y salió a la terraza del primer piso de la compañía. Su idea
de pasar más de 2 minutos en aquel lugar se esfumó tras sentir el calor
abrasador sobre su cabeza. Quería despejarse, no agobiarse más, por lo que
volvió al interior del edificio acompañada de su fiel aire acondicionado.
No tenía mucho apetito, pero sabía que
tenía que comer algo. Miró el menú de la cafetería. Optó por comer udon con
verduras. Pensó en lo mucho que le apetecía comer sushi y en el tiempo que
llevaba sin comerlo.
· Podría
ir a comer sushi con Eric. – con la bandeja en la mano, se paró. - ¿Pero qué
estoy diciendo?
Retiró aquella idea de su cabeza y se
sentó en una mesa que se encontraba vacía. Verdaderamente no había mucha gente
en la cafetería, ya que pasadas la una, la gente ya había comido. Mejor, así
podría disfrutar de su comida en soledad, mientras escuchaba el último disco de
KyuHyun, un cantante que adoraba, con sus auriculares. Un momento de paz. O eso
creía.
· ¡Ey! ¡Ricitos!
– hizo como que no le escuchaba. Este se acercó hasta su mesa. - ¿Aun no has
comido? Yo venía a por un café. - le subió el volumen a su música. Al ver el
gesto KiMin le quitó un auricular de la oreja. – Ricitos, no me ignores.
· Lárgate,
Dulci.
· Va, Ricitos,
te hago compañía mientras comes.
· Esta
mañana has debido de perder la última de tus neuronas.
· ¿Por qué
lo dices?
· Porque
creo que “lárgate” es una orden concisa y fácil de acatar.
· Veo que
sigues estresada, Ricitos.
· Como
vuelvas a llamarme “Ricitos” el plato de comida pasará de estar en la mesa a tu
cabeza.
· Vale,
tapón. – Ana lo miró apretando con fuerza el tenedor, que apuntó en la
dirección de KiMin.
· ¿Estás
buscando guerra, florecilla? Qué digo, mala hierva.
· Relaja y
baja ese tenedor, ¿quieres? – Ana obedeció rechistando un poco. – Volviendo al
tema de esta mañana. – Ana lo miró con interés.
· ¿Te
acuerdas de algo?
· He
intentado recordar algunas palabras y las que más recuerdo, por las veces que
lo decía en una misma oración eran: sumimasen, wakwata o algo así.
· Wakatta.
– dijo Ana.
· Sí, eso
exactamente. Ah, y también okame.
· ¿Okame?
¿No sería okane?
· Puede
ser.
· Okane es
dinero, pero okame no sé qué es. Pero lo anotaré también por si acaso. ¿Alguna
más?
· Mmmh,
creo que la última palabra que dijo sonó parecida a madmaseru.
· Puf, no sé
decirte ahora mismo. Lo consultaré más tarde, pero gracias igualmente.
· No hay
de qué, boss.
· Por
cierto, ¿sabes algo de KiBum?
· Creo que
no ha vuelto aún del viaje.
· ¿A quién
se le ocurre hacer ahora un viaje?
· Ya…,
¿verdad?
· Dulci, ¿acaso
sabes algo?
· No estoy
seguro eh, pero juraría que poco antes de irse de viaje, KiBum estuvo hablando
con alguien.
· ¿Quién?
· Kumo
Akuma.
· ¿Y bien?
¿Crees que ella le dijo de que se fuera?
· No sé,
porque la mayor parte del tiempo hablan en japonés, pero no sé, no me gusta.
· Que ella
no te caiga bien, no significa que puedas sacar conclusiones precipitadas, y
dime, ¿por qué no te gusta?
· No sé,
hay algo que no me inspira confianza, ni siquiera cuando nos fuimos de
vacaciones llegué a tragarla. NeRa me contó que el día que llegué contigo cargada a la espalda
ella tuvo un acto bastante egoísta y feo.
· ¿Ah sí?
· Me dijo
que no se lo dijera a nadie, pero que consideraba que debía saberlo. Y luego
está el hecho de lo que hizo en el último capítulo de We got married.
· ¿Qué hizo?
· Se saltó
todo el guión y le dio un beso a KiBum hyeong, caundo este claramente no tenía
ninguna intención de hacerlo, pero aun así no tuvo repercusiones porque el capítulo
alcanzó un % bastante elevado de audiencia. – Ana pesó en NeRa y le entraron
ganas de golpear a alguien.
· Estaba
claro que no era una mosquita muerta.
· Se cree la
reine y me pone enfermo. – dijo poniendo un acento francés horrible.
· Menos
mal que tu idioma materno es el inglés, porque macho, eres nefasto en los
idiomas.
· Usted
perdone, por no tener un acento francés perfecto. Como diría Akuma tu es un
idiot.
Ana se rió del gesto y el acento con que
hizo aquella oración y fue entonces cuando recordó que entre la fecha de llegada
de Akuma y el CEO había poca diferencia y que ella era mitad japonesa mitad
francesa. ¿Era solo una casualidad que llegaran con poca diferencia y que,
además, ambos tuvieran nacionalidad japonesa? Ana no creía en las casualidades.
De pronto, dejó de reírse y se puso muy tensa. Se quedó inmóvil mirando a la
nada y KiMin se preocupó.
· Ana,
¿estás bien? – seguía sin moverse. KiMin la zarandeó cogiéndole los hombros. -
¡Eh! ¡Ana! ¡Responde!
· KiMin.
· ¿Si? –
Ana hizo silencio. – Por Dios, srt. Melodramas, avanza, me estás asustando.
· El padre
de Akuma es japonés, ¿verdad?
· Sí, un
gran magnate, ¿por qué?
· Y su
madre francesa, ¿no?
· Sí, pero
¿a qué vie…
· KiMin.
· ¿Qué?
· La
palabra que escuchaste.
· Sí, dime
· ¿No
sería mademoiselle?
· Sí, ¿cómo
lo has…?
Ana se levantó precipiatadamente, dándose con el pico de la mesa en la pierna. KiMin se quedó sorprendido e inmóvil. Ana
comenzó a correr, mientras sacaba de su mochila el teléfono y marcaba aquel
dichoso número que odiaba marcar más de una vez en el mismo día.
· ¿Tú de
nuevo? Debo de gustarte mucho para que me llames más de una vez al día. –
ignoró su comentario.
· Quiero
que investigues a alguien más.
· ¿A
quién?
· Kumo
Akuma.
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