CAPÍTULO 6: REMORDIMIENTOS. DEBO CONTAR LA VERDAD.
Recuerdo
que cuando llegué a casa el 12 de septiembre mis compañeros se quedaron
petrificados al verme en tales condiciones.
• Choi
KiJin-hyun (hyun: a hermano mayor) ¿por qué estas así? ¿Dónde has estado?- dijo
JongDong.
• ¿Eh? Por
nada, tan solo salí a correr un poco.- No pude evitar reirme y sonreir.
• ¿Seguro? –
dijo Lee KiBum- Hoy pareces más distraído de lo normal y no me gusta la manera
en que sonríes. Estás demasiado feliz después de haber hecho ejercicio. Lider,
¿qué nos estás ocultando?
Se
acercó como si se tratase de un interrogatorio y él interpretase al policia
malo. La mirada de KiBum de cerca daba miedo, y más ahora que llevaba el pelo
oscuro. ¿Cómo esa carita tan dulce podía dar, en ocasiones, tanto miedo? El
resto del grupo parecía preocupado y confuso. Quería decirles la verdad, pero
ya sabía la respuesta: “Ten cuidado. No
hagas ningún escándalo. Sabes que la compañía es muy estricta con todo eso. No
sé si vale la pena por una persona que puede que no vuelvas a ver. Pero si es
lo que quieres, nosotros te apoyaremos.”. Aun así les conté lo sucedido.
• Nada,
resulta que tuve un pequeño incidente volviendo a casa. Pero nada grave, estoy
bien. Tengo que cambiarme y ducharme, me retiro primero. Tengo hambre, ¿queda
pollo?- seguía sonriendo.
• Si tú lo
dices, te creeremos. No deberías salir
tan a la ligera y exponerte. – dijo Choi JoonChae mientras salía de la
habitación.
Me
duché e intenté aclarar mi cabeza. Estaba muy confundido por lo que acababa de
pasar. ¿Qué haría? Tras meditarlo bajo el agua fría, decidí que lo dejaría pasar.
Los remordimientos me comían por dentro. Durante la reunión estuve ausente,
sentía que había traicionado a mis compañeros. Ellos nunca me habían ocultado
nada. Además a pesar de que había decidido no pensar en ella, inconscientemente
había guardado el pañuelo en el bolsillo del pantalón que me puse. Los miembros
me notaron extraño en la entrevista que nos hicieron. Apenas me concentraba.
Las preguntas se me hacían eternas, dejaba que los demás contestaran por mí.
Cuando por fin acabó todo y volvimos a casa me relajé. Estaban todos en el
salón. SaeByeong y JongDong estaban jugando a la playstation. Les encantaba
jugar, a mí me gustaba ver cómo SaeByeong se enfadaba cuando perdía, pues lo
odiaba. Kibum emparejaba y desempaquetaba la ropa nueva que se había comprado
mientras peinaba a sus dos perritos. ¿Cómo le podía gustar tanto la moda? Era
como el estilista del grupo. JoonChae estaba tocando el piano y, cómo no,
cantando intentando componer algo nuevo. Estaba dispuesto a contarles todo y
quedarme en paz con mi conciencia.
• Chicos hay
algo que no os he contado.- estaba muy nervioso.
• Es sobre
el incidente, ¿verdad hyun?- dijo SaeByeong.
• Dee (sí)-
sabía qué ellos se habían dado cuenta.
• Cuéntanos,
si ya decía yo que esa sonrisa no era la de siempre.
• Mientras
iba corriendo me choqué con una joven. La ayudé, pero cuando la miré…
• Era tan
fea que te traumaste.- se rieron.
• KiBum-ni,
deja al líder continuar. – dijo JoonChae.
• Mollane
(no sé)… me quedé embobado. No es que fuera una mujer impresionante. Era
bonita, extranjera, con unos ojos muy dulces y sinceros. Hacía tiempo que no
veía unos así. Una mujer me había atraído, ¿y qué? Pensé. Es algo normal. Pero
antes de irme recogí este pañuelo- lo enseñé- de ella. Y… no sé qué hacer. No
quiero perderlo…. Y no puedo dejar de pensar en esos ojos, aish. – me agarré
fuertemente los pelos de la cabeza.
• KiJin… sé
cómo te sientes por experiencia. Pero ¿estás seguro? Ni siquiera sabes quién
es. Solo la has visto una vez. ¿Y si ya tiene pareja? Pienso que deberías de
dejar pasar el tiempo y que tu corazón y sentimientos se enfríen y aclaren.
Puede que solo haya sido la emoción de haber conocido a una mujer extranjera,
con rasgos distintos. – dijo JoonChae.
• Puede que
tengas razón. Chicos gomawo (gracias) por escucharme. Lo pensaré detenidamente.
• Sabes que
nos puedes contar cualquier cosa, siempre estaremos ahí cuando nos necesites,
hyun.- dijo JongDong
Asentí
con la cabeza. Todos se acercaron a mí y me abrazaron. Me sentía mucho mejor.
Sabía qué podía contar con ellos. Después de la pequeña charla nos fuimos a dormir. Aunque esa noche apenas
pude.
No hay comentarios:
Publicar un comentario