CAPÍTULO 46: POR Y PARA SIEMPRE HERMANOS
Desperté
sobresaltada y sudando. Divisé en frente de mí las caras de preocupación de
Ana, Gabri, mi hermana, KiMin también estaba por ahi, BMS también e Infinite.
Me conmovió verlos a todos allí, incluido a KiJin, por lo menos su preocupación
sí era verdadera, pero a quien de verdad buscaba yo era a MyungSoo. ¿Cómo
estaría? Moví mi cabeza rápidamente por toda la estancia hasta que fijé la
vista en mi mano envuelta en otra mano. Era la mano de MyungSoo, quien estaba
sentado en la silla que se encontraba al lado de la camilla donde estaba
tumbada, parecía cansado y dolido, tenía los ojos hinchados y colorados. Yo aún
estaba en modo "shock", no sentía ni las piernas. Quería decir algo,
pero no podía ni tampoco sabía el qué.
• ¡Dongsaeng!
¡Dongsaeng! ¿¡Gwenchanha?!- dijo mi hermana.
• D-e-e,
an-y-a, mollayo. Solo quiero irme, esto yo...- de nuevo estaba al borde de la
isteria.
• Alex,
tranquilízate.- MyungSoo apretó con más fuerza mi mano.- Yo también quiero
salir de aqui lo antes posible y saber qué ha pasado, pero no permiten que
nadie entre ni salga del aeropuerto todavia. Tranquila- acariciaba mi mano.- yo
estaré contigo, no te dejaré sola, afrontaremos esto juntos.
• Arasseo.
De
repente llamaron a Ana. Parecía no oir o más bien no querer escuhar que el
móvil sonaba.
• Ana, el
teléfono.- dije.
• ¿Si? Pues
yo no escucho nada.
• Ana...-
dijo Gabri.
• ¿Waeiri?-
dije.- ¿Por qué os mirais así?
• Esto...,
Ana pidió que si encontraban a HyunJo falle... que la llamasen si lo
encontraban.- intentó explicar SooRi.
• Contesta,
contesta, sea lo que sea, quiero saber la verdad, estamos preparados.- miré a
MyungSoo. En verdad no quería escuchar nada.
Ana
se levantó y contestó, marchándose de la habitación. Creo que apenas estuvo ni
5 minutos, pero la espera hasta que regresó se me hizo eterna. En el interior
de la enfermería tan solo había un enorme silencio, nadie comentaba nada. Hice
una radiografía completa. Todos miraban con caras largas hacia el suelo. Todos,
excepto KiJin quien me miraba directamente a los ojos con mucha delicadeza y
dulzura como señal de tranquilización. Cómo había echando de menos aquellas
expresiones. Aunque nuestra relación había cambiado, me gustó y agradecí verlo
allí. Ana entró igual que salió y se sentó en el mismo sitio, cogiendo mi otra
mano. Mi cabeza volvió a quedarse en blanco. Vi cómo MyungSoo se fijaba en aquella
mano y cómo sus ojos se iban nublando.
• Alex,
relájate, no era una llamada por HyunJo. De momento, puedes respirar tranquila.
• ¿Entonces
de que era?
• Era para
avisarme que durante dos semanas se van a cancelar los eventos a causa de esta
tragedia, por lo que no podreis actuar hasta dentro de dos semanas.- nos
tranquilizamos un poco.- creo que lo mejor sería que te marcharas a casa a
descansar. Si ocurriese algo te informaría enseguida porque sé qué aunque te
duela quieres saberlo.
• Dee,
gomawo, eso haré.
• MyungSoo
tú deberias de hacer lo mismo, tómate el día libre.
• Hajiman...
• Hoy no hay
pegas que valgan. Vete a casa, es una orden.
• Arasseo,
pero primero acompañaré a Alex, no la veo muy centrada.
• Tú tampoco
estás muy allá, pero está bien si con eso consigo que te vayas a descansar.
• Arasseo,
gomawo, ahora cuando Alex se sienta con energías nos marcharemos.
• Mianhae,
siento que solo soy una carga.- comencé a llorar.- Solo quiero que mi angustia
desaparezca.
• Dongsaeng
te entendemos, nosotras también estamos preocupadas, también apreciamos mucho a
HyunJo, puede que no como vosotros, pero también deseamos que él esté bien.
• Dee,
gomawo chicas y a todos, pero ahora me gustaría estar un rato sola antes de
irme.
Todos
a petición mía salieron de la habitación, menos MyungSoo quien me ayudó a
recoger mis cosas y a meterlas en mi bolso. No hablaba, ni me miraba, tan solo
se movía. ¿Cómo de mal lo debería de estar pasando? No podía imaginarme su
sufrimiento. Recordaba haberlo visto llorar en algún programa y sabía qué era una
persona sensible, pero es que aquel MyungSoo no tenía ni expresión. Me quedé
mirándolo, parecía llevar algo en la mano apretado pero no pude ver bien lo que
era. Ya estábamos algo más tranquilos, teníamos que ser positivos, ya habían
encontrado a algunos sobrevivientes. HyunJo era un joven fuerte, no podía
acabar así, o eso pensaba. Salimos juntos de la estancia, él detrás de mí
sujetando mi mochila y yo delante. Nada más salir, todos dirigieron sus miradas
hacia nosotros. Parecían apagados, sobre todo mi hermana y SooRi. ¿Habrían
llorado? No, seguro que eran imaginaciones mías, aunque aquella mirada en mi
hermana era rebeladora. Mientras cerrábamos la puerta de la enfermería Ana se
acercó a nosotros.
• Chicos.
• ¿Deee?-
dijimos.
• Esto,
tengo algo que deciros, algo que no es bueno, pero he de hacerlo, aunque no sé
por dónde empezar.
• Venga Ana,
dinos que pasa.- dije.
• Acaban de
llamar del hospital central y quieren que vayais a reconocer un cadáver que
coincide con la descripción que dimos de HyunJo. Lo siento mucho chicos.
Mis
oidos no acaban de escuchar eso, es más, se negaban a creerlo. MyungSoo tomó mi
mano con fuerza mientras con la otra apretaba su pecho e intentaba contener las
lágrimas.
• Arasseo,
vamos para allá ahora mismo.- dijo.
No
sé de dónde pudo sacar el valor y las fuerzas para decir aquellas dolorosas
palabras. Sin apenas percatarme fui arrastrada hacia un taxi que nos llevaría
hasta nuestro destino. No sentía ni escuchaba nada, parecía un vegetal, pero
con cuerpo y conciencia. Durante el trayecto solo miraba sin pestañear el
frente y notaba la mano de MyungSoo y como este se limpiaba bruscamente la cara
cada vez que una lágrima le caía. Él prácticamente fue quien me guió hasta el
interior del hospital donde nos hicieron esperar en una sala, pues había más
familias que se encontraban en la misma situación. Nos sentamos a esperar.
• MyungSoo,
no has dicho nada desde que salimos, ¿gwenchanha?- que pregunta más inútil.
• No me
puedo creer que esto esté pasando de nuevo, después de catorce años.
• ¿Otra vez?
• En un
hospital como este conocí a HyunJo hace alrededor de catorce años.
• ¿Jinjja?
¿Cómo? ¿Es por que eso que estais tan unidos?
• Dee.-
apretó y miró con ternura su mano.-Cuando nos conocimos era un niño tan
inocente.
• Creo que
si me lo cuentas te sentirás mejor.
• Arasseo,
lo intentaré, aunque no sé si encontrare las fuerzas suficientes...
"Hace
alrededor de catorce años, cuando yo apenas tenía ocho años tuve que venir al
hospital a causa de dolor de apendicitis. Yo estaba muy asustado, nunca había
entrado antes a un hospital y pensé que me harían daño, a pesar de que los
médicos dijeron que no era nada grave, que tan solo era apendicitis y que al
día siguiente por la noche me operarían pues al haberlo notado enseguida la
demora no iba a ser dañina. Mientras mi padre se quedó rellenando informes y
papeleo, mi madre me acompañó a mi habitación, 1287, podría haber sido un
numero más pequeño, aunque luego le cogimos cariño. Justo debajo leí un nombre
que estaba escrito tanto en chino como en coreano y supuse que pondría lo
mismo, Huang HyunJo, mi nuevo compañero. Entré cogido de mi madre todo temeroso
y me senté en mi cama, poco después mi madre se fue a buscar a mi padre para
terminar el insoportable papeleo. Aproveché ese momento para fijarme en mi
compañero. Me acerqué a su cama, parecía un niño bastante más pequeño que yo.
¿Por qué dormía? Pensé, no era hora de dormir. Lo miré más detenidamente,
llevaba el cuerpo lleno de vendas, desde la cabeza a los deditos de los pies.
Me acerqué a su rostro, llevaba heridas y era muy gordo y redondo. Me hizo
gracia y comencé a darle con un dedo en los mofletes, pero no se despertaba. Me
di cuenta que llevaba colgado algo en el cuello, era un colgante con una chapa
grabada de la cual no entendía nada porque estaba en chino. Colgante similiar
llevaba apretado en la mano, intenté cogerlo, pero lo apretaba con mucha fuerza
y los médicos entraron de repente.
• Bueno
vamos a ver como progresa nuestro pequeño HyunJo.- entraron acompañados de una
mujer.
• ¿Creen que
ya está mejor mi hijo?- hablaba con un acento extraño.
• No podemos
saberlo todavía, cuando despierte de la cirujía podremos darle una respuesta
más clara. Mientras tanto no se preocupe, HyunJo debería de despertar de aquí a
unas dos horas como muy tarde.
• Arasseo,
ganmsamida.- los médicos se despidieron y salieron. La mujer se sentó al lado
de su hijo y le agarró una mano.
• Annyong
hanaseyeo, Kim MyungSoo ibnmida.
• Annyong,
chiquitín, ¿tú también estás enfermito?
• Dee, me
tienen que operar de apendicitis. ¿Y a él? ¿Qué le ha ocurrido?
• HyunJo
acaba de salir de una operación. Recientemente tuvo un accidente de tráfico.
• Arasseo,
pero no esté triste, seguro que todo sale bien.- me acerqué a la mujer y le
cogí una mano y le soplé.- Ahora seguro que todo sale como usted espera, he
borrado las malas energías.
• Gomawo
pequeño.- me acarició la cabeza.- Pero desgraciadamente no todo ha salido como
esperaba.
No
entendí aquello, pero más tarde me enteraría, cuando volvieron los médicos al
ver que HyunJo había despertado, pude averiguar que en el accidente estuvieron
implicados dos familiares, HyunJo y el hyun del mismo, del cual el único que
había salido con vida fue HyunJo, pero no en muy buenas condiciones. Al
enterarme de ello supuse que aquel niño de apenas cuatro años debería de estar
pasándolo realmente mal y me dije que mientras duranse mi estancia y la suya le
alegraría los días. HyunJo despertó ese mismo día a las siete de la tarde y fue
entonces cuando nos conocimos realmente. HyunJo parecía totalmente
desconcertado ante tanta pregunta que evidentemente no comprendía y yo tampoco
entendía nada. Solo escuchaba decir a los médicos es un milagro que este niño
haya salido con vida del accidente, ha tenido realmente mucha suerte. Tiempo
después el mismo HyunJo me contaría cómo sucedió el dichoso accidente. Los
médicos para, supongo, hacernos la estancia más amena y llevadera propusieron a
los padres marcharse durante algo de tiempo y dejarnos solos, porque, ¿qué
mejor medicina que la sonrisa de un niño? Aunque HyunJo no parecía un niño muy
sociable, tan solo se tumbaba como podía de lado, dándome la espalda.
• Annyong,
soy MyungSoo
• ...
• Tengo 8
años, ¿y tú?
• ....
• ¿Sabes que
cuando una persona te pregunta algo lo mínimo que puedes hacer es contestar?
Hoy a las nueve me tienen que operar, ¿sabes? Y tengo algo de miedo.
• ....- se
giró.
• Pero
seguro que todo sale bien, ¿sabes por qué?
• ¿Waeo? Las
cosas no salen siempre como uno le gusta.
• Pero en mi
caso sí, porque a igual que en tí aparté los malos espíritus mi mamá lo hizo
conmigo.
• ¿Jinjja?
¿De vedad me has hecho eso a mí?
• Dee, así
que no te preocupes que a partir de ahora todo te va a ir genial, siempre
estaré contigo.
• Dee,
jinjja jinjja gomawo, nan HyunJo ibmnida. Tengo 4 años. Mucho gusto en
conocerte. ¿Y de qué te operan?
• De
apéndicitis.
• ¿Qué es
eso?
• Pues es
una cosita que tenemos en el estómago y que tienen que sacármela porque me hace
pupita. Según los médicos estaré bueno enseguida y en tres o cuatro días podré
volver a casa.
• Vaya, ¿y a
mí no me la tienen que sacar? Entonces te irás muy pronto. A mi me han dicho
que tendré que estar durante mucho tiempo.
• No, si no
te hace daño no te la tienen que sacar. Pero aunque tú estés aquí eternamente
yo vendré cada día a visitarte hasta que te pongas bien.
• ¿Yakusok?
• Yakusok.-
juntamos como pudimos los peñíques.
Y
así fue como nos conocimos, entre vendas, heridas, sonrisas y con uno de los
meñiques rotos. Así comenzó una promesa que a día de hoy sigo manteniendo,
protegerlo y estar siempre junto a él. Recuerdo que la primera persona que vi
al despertarme de la operación fue a HyunJo con una enorme sonrisa, a pesar de
lo mal herido que estaba. Los siguientes días los pasamos juntos y con ayuda de
una dulce noona pudimos hacer todo tipo de travesuras, pues nuestros cuerpos no
estaban para moverse. Hicimos carreras con las sillas de ruedas, comimos
pasteles, jugamos a juegos típicos
chinos que HyunJo me fue mostrando… En dos días se convirtió en el hermano
menor que nunca tuve. Me gustaba estar con él, me divertía y se me olvidaba que
me encontraba en un hospital. Por las tardes me pedía que le cantase las
canciones que más le gustaban de como él las llamaba sus noonas. Siempre fue
muy femenino y dulce. Le gustaba estar mucho con las noonas, pero a mí con
verlo sonreir era suficiente. La última noche tuvimos la única conversación
seria de los 4 días que permanecí en el hospital.
• MyungSoo,
¿nunca te dijeron que eres un niño muy bonito?
• Dee, mi
mamá y otras noonas me lo dicen continuamente pero no entiendo por qué.
• ¿Por qué
no te haces de mayor idol?
• Annya, yo
no quiero ser un Idol, me gustaría estudiar algo como hizo mi papá, física.
• No sé qué
es eso, pero parece complicado.
• ¿No tienes
ningún sueño?
• Dee, mi
sueño es cumplir el sueño de mi hyun.
• ¿Jinjja?
¿Y cual era su sueño?
• El sueño
de mi hyun era ser un muy impotante compositor para que su múcica fuera cantada
por lo mejores. Yo ahora trabajaré mucho para que él desde el cielo la pueda
escuchar.
• Pues
entonces yo me convertiré en un gran Idol para poder cantar todas las canciones
que compongas.- volvimos a cruzar los meñiques.- Seguro que tu hermano donde
esté se sentirá orgulloso de tener un hermano como tú.
• Mamá me
prometió que cuando saliese de aquí me llevaría a verlo para que pudiera
disculparme y darle las gracias.
• ¿Disculparte?
• Dee, mamá
me contó cómo ocurrió todo y por ello debo hacerlo.
• ¿Y qué
pasó?
• Íbamos
todos de paseo y hyun y yo nos adelantamos jugando. Mamá siempre dijo que
obedeciera a hyun. Él era más mayor, tenía 8 años. Hyun y yo jugábamos al pilla
pilla y me dijo que me detuviese cuando llegase la hora de cruzar, pero no le
hice caso y pasé sin mirar. Me dio miedo ver los coches tan cerca que me quedé
quieto y según mi mamá mi hyun vino corriendo y me cogió y abrazó por detrás
para protegerme de los coches.
• ¿Jinjja?-
me asintió.- Wow tu hermano era un héroe.
• Dee, era
mi ídolo, y en agradecimiento a dar su vida por la mía cumpliré su sueño siendo
feliz.
• Los
colgantes que llevas...
• Uno era de
hyun y otro mío.
• ¿Qué
dicen? Es que no lo entiendo, mianhae.
• Por y para
siempre hermanos. Mamá nos lo dio al nacer.
• Yeppone.
Debes cuidarlo mucho. A partir de mañana ya no estaré, pero recuerda que vendré
a verte siempre, así que no estés triste, ¿arasseo?
• Ara. Y
ahora vamos a dormir que sino las noonas nos regañarán.
Así
muy felices nos acostamos a dormir. Sin saber el día tan difícil que nos
esperaba. Aunque nunca se lo conté a HyunJo, durante las noches lo escuchaba
llorar y llamar a su hermano. Cada vez que sucedía el corazón se me encogía y
pensaba en qué hacer al día siguiente para verlo sonreir. La prueba de que yo era
tan importante para él como él lo era para mí fue el día de la despedida. Antes
de irme me cogió desde su sillita de ruedas el brazo y me colocó en la mano el
colgante de su hermano.
• Recuerda,
por y para siempre hermanos.- se despidió con una sonrisa.
En
aquel entonces no supe qué hacer. Solo recuerdo que nada más llegar al coche
comencé a llorar y desde entonces hemos sido inseparables. Fui cada día a verlo
hasta que se recuperó. Cada año, nuestra relación se hacía más fuerte y
vivíamos juntos experiencias nuevas. Su madre, incluso, agradeció a mi família
todo lo que había hecho, cuando en realidad no hice nada. HyunJo me ayudó a ser
una mejor persona y a querer a todas y cada una de ellas. Cada año hemos ido
juntos al cementerio a ver la tumba de su hermano. Prometí que lo protegería
tal y como hizo su hermano, que ocuparía su papel y mírame ahora, aquí, sin
poder hacer nada, esperándo a identificar su cadáver."
Terminó
de contarlo con el rostro lleno de lágrimas y sujetando aquel colgante. No pude
contener mis lágrimas. Lo abracé, no sabía qué más hacer, yo también estaba
sufriendo por la espera hasta que llegó el esperado momento. Nos hicieron una
señal para que entráramos a identificar. MyungSoo me ayudó. Me temblaban las
piernas y me sudaban las manos. ¿Si de verdad era él cómo reaccionaría? ¿Qué
haría? Entramos a la sala, juntos, tomados de la mano.
• ¿Cómo lo
identificaremos?
• Si el
cuerpo está quemado o deteriorado la única manera será ver si lleva o no su
colgante, o si el resto presenta restos del mismo.
• A-a-ara.
MyungSoo
se acercó poco a poco hacia la camilla. Yo me quedé atrás no me atrevía. Vi
cómo poco a poco apartaba la sábana. Volvió a taparlo llevándose las manos al
rostro y tirándose al suelo. ¿Waeo?
¿Waeo? ¿Por qué él? Me acerqué tembando hasta donde estaba MyungSoo y lo ayudé
a colocarse en pie. Sin apenas darme tiempo a reaccionar MyungSoo se abalanzó
sobre mí y me abrazó con mucha fuerza. Casi no podía respirar.
• A-a-alex,
A-a-alex, annya, annya, no es HyunJo.
¿No
era él? ¡No era él! ¡No lo era! Una gran felicidad y tranquilidad invadió
dulcemente mi pecho. Aún quedaban oportunidades de que él fuera uno de lo
supervivientes y que se diera el caso de que no había podido llamar a causa del
shock y las circunstancias. Seguro que era eso, tenía que serlo. De lo
contrario no me sentiría con fuerzas para seguir con la carrera y mucho menos
de permanecer en Seúl y en aquella casa.
• Aún hay
esperanzas, Alex, aun las hay.- me decía MyungSoo mientras me zarandeaba.
• De-e-e-e.
¿No llevaba el colgante?
• Anny,
aunque la ropa se parece mucho a la que dijiste.
• ¿Y si ese
día no llevaba el colgante?- empecé a sudar.
• A-n-nya,
siempre lo ha llevado consigo.
• ¿Pero y si
hoy se lo dejó en casa después de ducharse o algo?
• ¡Basta! No
saques conclusiones precipitadas.- parecía muy alterado.
• No estoy
sacando conclusiones. Tú has dado por hecho que un joven de apariencia muy
similar a HyunJo no es él porque no lleva su colgante. No podemos depender de
un colgante por muy importante que sea para él. Sé, al igual que tú, que él
nunca se dejaría algo tan preciado, pero incluso se le puede haber caido
durante el accidente. - dije llorando.
• A-alex...
• Necesito
verlo.- me acerqué a la camilla.
• No podrás
reconocerlo, el cuerpo está muy destrozado y la cara está deformada. No sé si
podrás soportarlo.- dijo cogiéndome del brazo.
• Debo
intentarlo....tranquilo no iba a estudiar medicina por nada.- estaba a punto de
deslizar la sábana.
• ¡PARA! No
quiero que veas esto de verdad.- sostuvo mis manos.
• ¿¡Waeo!?
¡¿Waeire?!- me solté bruscamente.
• No quiero
que tengas que ver algo así. El cuerpo de esta persona es muy semejante al de
HyunJo y no quiero verte sufrir.
• ¿Waeo?
Quiero saber ya la verdad aunque me duela. Si es él...
• ¡ES QUE NO
ES ÉL!
• ¡¿CÓMO
PUEDES ESTAR TAN SEGURO?!
• Por que lo
sé. Algo me ha dicho que no es, no solo el que no llevase el colgante. Además
dentro de nada es el aniversario del fallecimiento de su hermano, no creo, es
más estoy seguro, nunca se le hubiese olvidado y lo hubiese potegido pese a su
vida.
• MyungSoo...yo
también quiero volver a ver a HyunJo, pero son tan parecidos...Quiero pensar
que no es él....hajiman...
• Tranquila
Alex...- me abrazó.- Ya es muy tarde, creo que ambos debemos descansar un poco.
Voy a acompañarte a casa y si quieres vuelvo a la compañía para hablar con tus
amigas y que vengan a hacerte compañía.
• ¿Y qué
pasa contigo?
• Gwenchanha
goya.
• Annyo,
quiero estar sola hoy. Mañana volveré a la compañía y hablaré con ellas, por
favor no les digas nada.
• Arasseo,
llamemos un taxi.
• MyungSoo
• ¿Dee?
• Gracias
por todo lo de hoy, gracias por haber cuidado de HyunJo y gracias por contarme
vuestra historia.- me sonrió
• Any
ibnmida. No he terminado de contártela. La terminaré de contar junto a
HyunJo.-acarició mis hombros.
Salimos
algo cabizbajos del hospital. Ambos sabíamos que aquel joven era casi idéntico
a HyunJo, pero ninguno de los dos queríamos reconocerlo. Sin darme cuenta,
aquel suceso nos había permitido en pocas horas hacernos más cercanos. Aquel
día en el hospital no vi al mismo MyungSoo que había visto cuando venía a casa
a visitar a HyunJo. No era el MyungSoo prepotente, erudito, serio, callado que
veía. HyunJo debía significar mucho para él, para dejar salir a su verdadero
ser. El trayecto hasta casa fue igual que la llegada al hospital, silenciosa,
sepulcral. MyungSoo no cambiaba su expresión, seguía mirando y apretando
aquella joya. Me fijé todo lo que pude en aquella reliquia. Nunca la había
visto antes, ni siquiera en el baño de HyunJo, aunque si es cierto que siempre
llevaba una cadena colgando de su cuello. ¿Cómo se me había pasado ello por
alto? ¿Hoy llevaba la cadena? No podía apenas recordarlo. Salí del taxi a las
22:30. Ciertamente el día se me había hecho eterno y sabía que aún me quedaba
mucho por delante. Con paso indeciso y pesaroso llegué a la puerta de casa y la
abrí, una vez dentro pude derrumbarme tranquila. Me arrastré por los pasillos
de la casa pensando en lo callada que estaba la misma en su ausencia, pensando
en qué probablemente se quedaría así enternamente. Notaba cómo la soledad se
apoderaba de cada rincón de mi cuerpo y provocaba que se incrementara mi peso
por el doble o más. Llegué a duras penas a la habitación de HyunJo y me tumbé
en su cama. Su aroma aún estaba fresco. Abracé uno de los cojines fuertemente
contra mi pecho. Miré las paredes, las estanterías, los armarios, los cajones,
todo, pero nada. Únicamente encontré una caja en la que decía "recuerdos
del pasado" en la que pude encontrar un diario, que evidentemente no abrí,
y gran cantidad de fotos de HyunJo con su hermano, supuse, y con MyungSoo de
pequeños. Parecían tan unidos y felices, tenía guardada hasta la cinta que te
daban y dan en los hospitales. Dos de las fotos llamaron mi atención, pues eran
exactamente igual, la diferencia radicaba en las personas del interior de la fotografía.
En ambas salía HyunJo en la misma posición, pero en una de ellas salía su
hermano y el otra MyungSoo en la misma posición que tal hermano, ambos
sujetando con una mano aquel colgante. También hallé otra caja pero en esta
ponía "recuerdos junto a la princesita". Cuando la abrí mis lágrimas
cayeron solas por todas partes de mi cara. Había guardado cada detalle, cada
cosa sin importancia que le había dado, cada foto, todo, incluso los recuerdos
de cuando estuvo en España. También había un diario. Tuve la tentativa de
leerlo, pero no lo hice, sabía qué no estaba bien. Sin embargo, no pude
encontrar por ningún lado su tesoro, eso quería decir que si lo llevaba con él.
Eso me daba más fuerzas. No obstante, no podía dejar de llorar y de lamentarme
por no haberlo detenido cuando tuve la oportunidad.
Debía
salir de su habitación, era demasiada presión para mí. Ayudándome de las
paredes pude llegar hasta el salón. Era las doce, genial ya estaba en otro día.
Mis ojeras y mis ojos debían de ser un cuadro negro y rojo. Al menos el que
nadie me hubiera llamado era señal de que HyunJo no había sido encontrado
muerto. Me coloqué frente al hermoso piano que una vez pudimos tocar juntos y
dejé que la música expresara mi estado de ánimo. Parecía que aquella aligeraba el
peso de mi corazón y me hacía sentir mejor y más cerca de él, hasta que alguien
tocó la puerta. ¿Quién sería a estas horas? Dije que quería estar sola. A lo
mejor lo habían encontrado y no me lo habían dicho. Me apresuré, dándome un
golpe contra el piano en la cadera, hacia la puerta y la abrí con todo mi
valor.
• Annyong
Alex.
• A-a-a-anyong.
¿Waeo? ¿Deo?- Antes de que me contestara se abalanzó a abrazarme. - ¿Waeire?-
lo aparté de mí.
• Oh,
mian..., nan…solo quería saber qué estabas bien y que no hacías ninguna
tontería.
• Ara, ahora
que ya me has visto y ves que estoy perfectamente, ya puedes marcharte.
• Alex...naneun...
• ¿Neon wae?
• Solo
quería acompañarte en este difícil momento. Sé cuán importante es él para ti y
lo mucho que ambos os querías y quereis. Sé qué no soy nada para comentar
acerca de ello y mucho menos para estar aquí, pero siento en mi pecho que si no
lo hago esto me carcomerá por dentro. Mianhae Alex por todo lo que te he hecho
y dicho, honestamente tú eres una persona importante y especial para mí,
mianhanda.
• K-i-i-j-i-in....-
comencé a llorar.- Ya no puedo más, solo quiero saber que HyunJo está bien,
solo quiero ver cómo entra por esta puerta y me dice su típico "hola
princesita", solo quiero que esté vivo...
KiJin
escuchó mis llantos y me abrazó dulcemente acariciándome la cabeza. Me ayudó a
llegar al salón y me dejó sentada en el sofá, mientras él se dirigió a la
cocina a prepararme algo para cenar.
• Mogo
• Annyo, no
tengo hambre.
• Mogo,
tienes que comer. ¿Y si caes enferma?
• Arasseo.-
dije a regañadientes.
• Te preparé
tu sopa preferida de sobre.
• ¿Ottokahae
algoisseo?
• NeRa.- me
sonrió.
• ¿Por qué
será que no me sorprende?- reí.
• ¡Sonreiste!
• Annyo...
• Arasseo,
arasseo, yo lo imaginé.
• Dee.- él
me alimentó de la misma forma que yo lo hice cuando estuvo enfermo.- Gomawo...-
noté como se me formaban lágrimas.
• ¿Waeo? Que
así la comida solo te va a saber a mocos.- reí levemente.
• Jinjja
jinjja gomawo. Después de lo mal que te he tratado... mianhae... para mí
también sigues siendo importante.
• Tranquila
ahora lo más importante es que comas, descanses y esperar a que encuentren sano
a HyunJo.
• Deee
Después
de terminar de comerme la sopa, KiJin dejó que apoyase mi cabeza sobre sus
piernas mientras él me acariciaba suavemente la cabeza y cantaba delicadamente
una nana. Y eso fue lo último que recuerdo, junto a un ligero piano, creo,
antes de que todo a mi alrededor fuera perdiendo color y me quedase
profundamente dormida hasta que tocaron el timbre.
Abrí
mis ojos y miré mi reloj eran las siete de la mañana, ¿quién sería? Miré a mi
alrededor, no podía moverme, estaba algo incómoda. Pero, ¿cómo había acabado
durmiendo en los brazos de KiJin? Un calor invandió todo mi cuerpo. Su cara
estaba tan cerca de la mía que podía notar su relajada respiración. Deslicé uno
de mis dedos por su flequillo negro, no me había dado cuenta de que no llevaba
su típico tinte rojizo. Noté como mis mejillas enrojecían. El tiempo se me
había detenido. Entre sus brazos me encontraba protegida y segura, no quería
moverme de allí, pero el dichoso timbré sonaba una y otra vez. ¿Quién estaba
estropenado mi hermoso momento? ¿Pero qué estaba diciendo? ¿Y si era algo de
HyunJo? Me levanté despacio con el fin de no despertar a KiJin, tenía un sueño
muy profundo. Evidentenmente, antes de levantarme hice una foto para recordar
aquel momento eternamente. Llegué corriendo y sofocada a la puerta de la que
ahora se oían golpes. ¿Por qué tanta insistencia? ¿No sería que ya lo habían
encontrado? Se me hizo un nudo en el corazón. Antes de abrir miré mi móvil, tenía
más de 20 llamadas perdidas. La mayoría eran de mi hermana, Gabri y Ana, alguna
de KiMin y dos de un número desconocido.Volvió a sonar el timbre. Si Ana me
había llamado más de 5 veces era por algo y no solo para preguntar por mí.
Tenía que ser fuerte ante la noticia que estaba a punto de recibir, así que con
mucho valor me dispuse a abrir la puerta. La abrí con los ojos cerrados.
• ¿Por qué
no me abrías Alex? Llevo en la puerta como 15 minutos.
No dije
nada, únicamente sonreí y dejé que algunas lágrimas salieran. Era él.
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