domingo, 2 de julio de 2017

Rozando el cielo

CAPÍTULO 46: POR Y PARA SIEMPRE HERMANOS

Desperté sobresaltada y sudando. Divisé en frente de mí las caras de preocupación de Ana, Gabri, mi hermana, KiMin también estaba por ahi, BMS también e Infinite. Me conmovió verlos a todos allí, incluido a KiJin, por lo menos su preocupación sí era verdadera, pero a quien de verdad buscaba yo era a MyungSoo. ¿Cómo estaría? Moví mi cabeza rápidamente por toda la estancia hasta que fijé la vista en mi mano envuelta en otra mano. Era la mano de MyungSoo, quien estaba sentado en la silla que se encontraba al lado de la camilla donde estaba tumbada, parecía cansado y dolido, tenía los ojos hinchados y colorados. Yo aún estaba en modo "shock", no sentía ni las piernas. Quería decir algo, pero no podía ni tampoco sabía el qué.
       ¡Dongsaeng! ¡Dongsaeng! ¿¡Gwenchanha?!- dijo mi hermana.
       D-e-e, an-y-a, mollayo. Solo quiero irme, esto yo...- de nuevo estaba al borde de la isteria.
       Alex, tranquilízate.- MyungSoo apretó con más fuerza mi mano.- Yo también quiero salir de aqui lo antes posible y saber qué ha pasado, pero no permiten que nadie entre ni salga del aeropuerto todavia. Tranquila- acariciaba mi mano.- yo estaré contigo, no te dejaré sola, afrontaremos esto juntos.
       Arasseo.
De repente llamaron a Ana. Parecía no oir o más bien no querer escuhar que el móvil sonaba.
       Ana, el teléfono.- dije.
       ¿Si? Pues yo no escucho nada.
       Ana...- dijo Gabri.
       ¿Waeiri?- dije.- ¿Por qué os mirais así?
       Esto..., Ana pidió que si encontraban a HyunJo falle... que la llamasen si lo encontraban.- intentó explicar SooRi.
       Contesta, contesta, sea lo que sea, quiero saber la verdad, estamos preparados.- miré a MyungSoo. En verdad no quería escuchar nada.
Ana se levantó y contestó, marchándose de la habitación. Creo que apenas estuvo ni 5 minutos, pero la espera hasta que regresó se me hizo eterna. En el interior de la enfermería tan solo había un enorme silencio, nadie comentaba nada. Hice una radiografía completa. Todos miraban con caras largas hacia el suelo. Todos, excepto KiJin quien me miraba directamente a los ojos con mucha delicadeza y dulzura como señal de tranquilización. Cómo había echando de menos aquellas expresiones. Aunque nuestra relación había cambiado, me gustó y agradecí verlo allí. Ana entró igual que salió y se sentó en el mismo sitio, cogiendo mi otra mano. Mi cabeza volvió a quedarse en blanco. Vi cómo MyungSoo se fijaba en aquella mano y cómo sus ojos se iban nublando.
       Alex, relájate, no era una llamada por HyunJo. De momento, puedes respirar tranquila.
       ¿Entonces de que era?
       Era para avisarme que durante dos semanas se van a cancelar los eventos a causa de esta tragedia, por lo que no podreis actuar hasta dentro de dos semanas.- nos tranquilizamos un poco.- creo que lo mejor sería que te marcharas a casa a descansar. Si ocurriese algo te informaría enseguida porque sé qué aunque te duela quieres saberlo.
       Dee, gomawo, eso haré.
       MyungSoo tú deberias de hacer lo mismo, tómate el día libre.
       Hajiman...
       Hoy no hay pegas que valgan. Vete a casa, es una orden.
       Arasseo, pero primero acompañaré a Alex, no la veo muy centrada.
       Tú tampoco estás muy allá, pero está bien si con eso consigo que te vayas a descansar.
       Arasseo, gomawo, ahora cuando Alex se sienta con energías nos marcharemos.
       Mianhae, siento que solo soy una carga.- comencé a llorar.- Solo quiero que mi angustia desaparezca.
       Dongsaeng te entendemos, nosotras también estamos preocupadas, también apreciamos mucho a HyunJo, puede que no como vosotros, pero también deseamos que él esté bien.
       Dee, gomawo chicas y a todos, pero ahora me gustaría estar un rato sola antes de irme.
Todos a petición mía salieron de la habitación, menos MyungSoo quien me ayudó a recoger mis cosas y a meterlas en mi bolso. No hablaba, ni me miraba, tan solo se movía. ¿Cómo de mal lo debería de estar pasando? No podía imaginarme su sufrimiento. Recordaba haberlo visto llorar en algún programa y sabía qué era una persona sensible, pero es que aquel MyungSoo no tenía ni expresión. Me quedé mirándolo, parecía llevar algo en la mano apretado pero no pude ver bien lo que era. Ya estábamos algo más tranquilos, teníamos que ser positivos, ya habían encontrado a algunos sobrevivientes. HyunJo era un joven fuerte, no podía acabar así, o eso pensaba. Salimos juntos de la estancia, él detrás de mí sujetando mi mochila y yo delante. Nada más salir, todos dirigieron sus miradas hacia nosotros. Parecían apagados, sobre todo mi hermana y SooRi. ¿Habrían llorado? No, seguro que eran imaginaciones mías, aunque aquella mirada en mi hermana era rebeladora. Mientras cerrábamos la puerta de la enfermería Ana se acercó a nosotros.
       Chicos.
       ¿Deee?- dijimos.
       Esto, tengo algo que deciros, algo que no es bueno, pero he de hacerlo, aunque no sé por dónde empezar.
       Venga Ana, dinos que pasa.- dije.
       Acaban de llamar del hospital central y quieren que vayais a reconocer un cadáver que coincide con la descripción que dimos de HyunJo. Lo siento mucho chicos.
Mis oidos no acaban de escuchar eso, es más, se negaban a creerlo. MyungSoo tomó mi mano con fuerza mientras con la otra apretaba su pecho e intentaba contener las lágrimas.
       Arasseo, vamos para allá ahora mismo.- dijo.
No sé de dónde pudo sacar el valor y las fuerzas para decir aquellas dolorosas palabras. Sin apenas percatarme fui arrastrada hacia un taxi que nos llevaría hasta nuestro destino. No sentía ni escuchaba nada, parecía un vegetal, pero con cuerpo y conciencia. Durante el trayecto solo miraba sin pestañear el frente y notaba la mano de MyungSoo y como este se limpiaba bruscamente la cara cada vez que una lágrima le caía. Él prácticamente fue quien me guió hasta el interior del hospital donde nos hicieron esperar en una sala, pues había más familias que se encontraban en la misma situación. Nos sentamos a esperar.
       MyungSoo, no has dicho nada desde que salimos, ¿gwenchanha?- que pregunta más inútil.
       No me puedo creer que esto esté pasando de nuevo, después de catorce años.
       ¿Otra vez?
       En un hospital como este conocí a HyunJo hace alrededor de catorce años.
       ¿Jinjja? ¿Cómo? ¿Es por que eso que estais tan unidos?
       Dee.- apretó y miró con ternura su mano.-Cuando nos conocimos era un niño tan inocente.
       Creo que si me lo cuentas te sentirás mejor.
       Arasseo, lo intentaré, aunque no sé si encontrare las fuerzas suficientes...
"Hace alrededor de catorce años, cuando yo apenas tenía ocho años tuve que venir al hospital a causa de dolor de apendicitis. Yo estaba muy asustado, nunca había entrado antes a un hospital y pensé que me harían daño, a pesar de que los médicos dijeron que no era nada grave, que tan solo era apendicitis y que al día siguiente por la noche me operarían pues al haberlo notado enseguida la demora no iba a ser dañina. Mientras mi padre se quedó rellenando informes y papeleo, mi madre me acompañó a mi habitación, 1287, podría haber sido un numero más pequeño, aunque luego le cogimos cariño. Justo debajo leí un nombre que estaba escrito tanto en chino como en coreano y supuse que pondría lo mismo, Huang HyunJo, mi nuevo compañero. Entré cogido de mi madre todo temeroso y me senté en mi cama, poco después mi madre se fue a buscar a mi padre para terminar el insoportable papeleo. Aproveché ese momento para fijarme en mi compañero. Me acerqué a su cama, parecía un niño bastante más pequeño que yo. ¿Por qué dormía? Pensé, no era hora de dormir. Lo miré más detenidamente, llevaba el cuerpo lleno de vendas, desde la cabeza a los deditos de los pies. Me acerqué a su rostro, llevaba heridas y era muy gordo y redondo. Me hizo gracia y comencé a darle con un dedo en los mofletes, pero no se despertaba. Me di cuenta que llevaba colgado algo en el cuello, era un colgante con una chapa grabada de la cual no entendía nada porque estaba en chino. Colgante similiar llevaba apretado en la mano, intenté cogerlo, pero lo apretaba con mucha fuerza y los médicos entraron de repente.
       Bueno vamos a ver como progresa nuestro pequeño HyunJo.- entraron acompañados de una mujer.
       ¿Creen que ya está mejor mi hijo?- hablaba con un acento extraño.
       No podemos saberlo todavía, cuando despierte de la cirujía podremos darle una respuesta más clara. Mientras tanto no se preocupe, HyunJo debería de despertar de aquí a unas dos horas como muy tarde.
       Arasseo, ganmsamida.- los médicos se despidieron y salieron. La mujer se sentó al lado de su hijo y le agarró una mano.
       Annyong hanaseyeo, Kim MyungSoo ibnmida.
       Annyong, chiquitín, ¿tú también estás enfermito?
       Dee, me tienen que operar de apendicitis. ¿Y a él? ¿Qué le ha ocurrido?
       HyunJo acaba de salir de una operación. Recientemente tuvo un accidente de tráfico.
       Arasseo, pero no esté triste, seguro que todo sale bien.- me acerqué a la mujer y le cogí una mano y le soplé.- Ahora seguro que todo sale como usted espera, he borrado las malas energías.
       Gomawo pequeño.- me acarició la cabeza.- Pero desgraciadamente no todo ha salido como esperaba.
No entendí aquello, pero más tarde me enteraría, cuando volvieron los médicos al ver que HyunJo había despertado, pude averiguar que en el accidente estuvieron implicados dos familiares, HyunJo y el hyun del mismo, del cual el único que había salido con vida fue HyunJo, pero no en muy buenas condiciones. Al enterarme de ello supuse que aquel niño de apenas cuatro años debería de estar pasándolo realmente mal y me dije que mientras duranse mi estancia y la suya le alegraría los días. HyunJo despertó ese mismo día a las siete de la tarde y fue entonces cuando nos conocimos realmente. HyunJo parecía totalmente desconcertado ante tanta pregunta que evidentemente no comprendía y yo tampoco entendía nada. Solo escuchaba decir a los médicos es un milagro que este niño haya salido con vida del accidente, ha tenido realmente mucha suerte. Tiempo después el mismo HyunJo me contaría cómo sucedió el dichoso accidente. Los médicos para, supongo, hacernos la estancia más amena y llevadera propusieron a los padres marcharse durante algo de tiempo y dejarnos solos, porque, ¿qué mejor medicina que la sonrisa de un niño? Aunque HyunJo no parecía un niño muy sociable, tan solo se tumbaba como podía de lado, dándome la espalda.
       Annyong, soy MyungSoo
       ...
       Tengo 8 años, ¿y tú?
       ....
       ¿Sabes que cuando una persona te pregunta algo lo mínimo que puedes hacer es contestar? Hoy a las nueve me tienen que operar, ¿sabes? Y tengo algo de miedo.
       ....- se giró.
       Pero seguro que todo sale bien, ¿sabes por qué?
       ¿Waeo? Las cosas no salen siempre como uno le gusta.
       Pero en mi caso sí, porque a igual que en tí aparté los malos espíritus mi mamá lo hizo conmigo.
       ¿Jinjja? ¿De vedad me has hecho eso a mí?
       Dee, así que no te preocupes que a partir de ahora todo te va a ir genial, siempre estaré contigo.
       Dee, jinjja jinjja gomawo, nan HyunJo ibmnida. Tengo 4 años. Mucho gusto en conocerte. ¿Y de qué te operan?
       De apéndicitis.
       ¿Qué es eso?
       Pues es una cosita que tenemos en el estómago y que tienen que sacármela porque me hace pupita. Según los médicos estaré bueno enseguida y en tres o cuatro días podré volver a casa.
       Vaya, ¿y a mí no me la tienen que sacar? Entonces te irás muy pronto. A mi me han dicho que tendré que estar durante mucho tiempo.
       No, si no te hace daño no te la tienen que sacar. Pero aunque tú estés aquí eternamente yo vendré cada día a visitarte hasta que te pongas bien.
       ¿Yakusok?
       Yakusok.- juntamos como pudimos los peñíques.
Y así fue como nos conocimos, entre vendas, heridas, sonrisas y con uno de los meñiques rotos. Así comenzó una promesa que a día de hoy sigo manteniendo, protegerlo y estar siempre junto a él. Recuerdo que la primera persona que vi al despertarme de la operación fue a HyunJo con una enorme sonrisa, a pesar de lo mal herido que estaba. Los siguientes días los pasamos juntos y con ayuda de una dulce noona pudimos hacer todo tipo de travesuras, pues nuestros cuerpos no estaban para moverse. Hicimos carreras con las sillas de ruedas, comimos pasteles, jugamos  a juegos típicos chinos que HyunJo me fue mostrando… En dos días se convirtió en el hermano menor que nunca tuve. Me gustaba estar con él, me divertía y se me olvidaba que me encontraba en un hospital. Por las tardes me pedía que le cantase las canciones que más le gustaban de como él las llamaba sus noonas. Siempre fue muy femenino y dulce. Le gustaba estar mucho con las noonas, pero a mí con verlo sonreir era suficiente. La última noche tuvimos la única conversación seria de los 4 días que permanecí en el hospital.
       MyungSoo, ¿nunca te dijeron que eres un niño muy bonito?
       Dee, mi mamá y otras noonas me lo dicen continuamente pero no entiendo por qué.
       ¿Por qué no te haces de mayor idol?
       Annya, yo no quiero ser un Idol, me gustaría estudiar algo como hizo mi papá, física.
       No sé qué es eso, pero parece complicado.
       ¿No tienes ningún sueño?
       Dee, mi sueño es cumplir el sueño de mi hyun.
       ¿Jinjja? ¿Y cual era su sueño?
       El sueño de mi hyun era ser un muy impotante compositor para que su múcica fuera cantada por lo mejores. Yo ahora trabajaré mucho para que él desde el cielo la pueda escuchar.
       Pues entonces yo me convertiré en un gran Idol para poder cantar todas las canciones que compongas.- volvimos a cruzar los meñiques.- Seguro que tu hermano donde esté se sentirá orgulloso de tener un hermano como tú.
       Mamá me prometió que cuando saliese de aquí me llevaría a verlo para que pudiera disculparme y darle las gracias.
       ¿Disculparte?
       Dee, mamá me contó cómo ocurrió todo y por ello debo hacerlo.
       ¿Y qué pasó?
       Íbamos todos de paseo y hyun y yo nos adelantamos jugando. Mamá siempre dijo que obedeciera a hyun. Él era más mayor, tenía 8 años. Hyun y yo jugábamos al pilla pilla y me dijo que me detuviese cuando llegase la hora de cruzar, pero no le hice caso y pasé sin mirar. Me dio miedo ver los coches tan cerca que me quedé quieto y según mi mamá mi hyun vino corriendo y me cogió y abrazó por detrás para protegerme de los coches.
       ¿Jinjja?- me asintió.- Wow tu hermano era un héroe.
       Dee, era mi ídolo, y en agradecimiento a dar su vida por la mía cumpliré su sueño siendo feliz.
       Los colgantes que llevas...
       Uno era de hyun y otro mío.
       ¿Qué dicen? Es que no lo entiendo, mianhae.
       Por y para siempre hermanos. Mamá nos lo dio al nacer.
       Yeppone. Debes cuidarlo mucho. A partir de mañana ya no estaré, pero recuerda que vendré a verte siempre, así que no estés triste, ¿arasseo?
       Ara. Y ahora vamos a dormir que sino las noonas nos regañarán.
Así muy felices nos acostamos a dormir. Sin saber el día tan difícil que nos esperaba. Aunque nunca se lo conté a HyunJo, durante las noches lo escuchaba llorar y llamar a su hermano. Cada vez que sucedía el corazón se me encogía y pensaba en qué hacer al día siguiente para verlo sonreir. La prueba de que yo era tan importante para él como él lo era para mí fue el día de la despedida. Antes de irme me cogió desde su sillita de ruedas el brazo y me colocó en la mano el colgante de su hermano.
       Recuerda, por y para siempre hermanos.- se despidió con una sonrisa.
En aquel entonces no supe qué hacer. Solo recuerdo que nada más llegar al coche comencé a llorar y desde entonces hemos sido inseparables. Fui cada día a verlo hasta que se recuperó. Cada año, nuestra relación se hacía más fuerte y vivíamos juntos experiencias nuevas. Su madre, incluso, agradeció a mi família todo lo que había hecho, cuando en realidad no hice nada. HyunJo me ayudó a ser una mejor persona y a querer a todas y cada una de ellas. Cada año hemos ido juntos al cementerio a ver la tumba de su hermano. Prometí que lo protegería tal y como hizo su hermano, que ocuparía su papel y mírame ahora, aquí, sin poder hacer nada, esperándo a identificar su cadáver."
Terminó de contarlo con el rostro lleno de lágrimas y sujetando aquel colgante. No pude contener mis lágrimas. Lo abracé, no sabía qué más hacer, yo también estaba sufriendo por la espera hasta que llegó el esperado momento. Nos hicieron una señal para que entráramos a identificar. MyungSoo me ayudó. Me temblaban las piernas y me sudaban las manos. ¿Si de verdad era él cómo reaccionaría? ¿Qué haría? Entramos a la sala, juntos, tomados de la mano.
       ¿Cómo lo identificaremos?
       Si el cuerpo está quemado o deteriorado la única manera será ver si lleva o no su colgante, o si el resto presenta restos del mismo.
       A-a-ara.
MyungSoo se acercó poco a poco hacia la camilla. Yo me quedé atrás no me atrevía. Vi cómo poco a poco apartaba la sábana. Volvió a taparlo llevándose las manos al rostro y tirándose al suelo.  ¿Waeo? ¿Waeo? ¿Por qué él? Me acerqué tembando hasta donde estaba MyungSoo y lo ayudé a colocarse en pie. Sin apenas darme tiempo a reaccionar MyungSoo se abalanzó sobre mí y me abrazó con mucha fuerza. Casi no podía respirar.
       A-a-alex, A-a-alex, annya, annya, no es HyunJo.
¿No era él? ¡No era él! ¡No lo era! Una gran felicidad y tranquilidad invadió dulcemente mi pecho. Aún quedaban oportunidades de que él fuera uno de lo supervivientes y que se diera el caso de que no había podido llamar a causa del shock y las circunstancias. Seguro que era eso, tenía que serlo. De lo contrario no me sentiría con fuerzas para seguir con la carrera y mucho menos de permanecer en Seúl y en aquella casa.
       Aún hay esperanzas, Alex, aun las hay.- me decía MyungSoo mientras me zarandeaba.
       De-e-e-e. ¿No llevaba el colgante?
       Anny, aunque la ropa se parece mucho a la que dijiste.
       ¿Y si ese día no llevaba el colgante?- empecé a sudar.
       A-n-nya, siempre lo ha llevado consigo.
       ¿Pero y si hoy se lo dejó en casa después de ducharse o algo?
       ¡Basta! No saques conclusiones precipitadas.- parecía muy alterado.
       No estoy sacando conclusiones. Tú has dado por hecho que un joven de apariencia muy similar a HyunJo no es él porque no lleva su colgante. No podemos depender de un colgante por muy importante que sea para él. Sé, al igual que tú, que él nunca se dejaría algo tan preciado, pero incluso se le puede haber caido durante el accidente. - dije llorando.
       A-alex...
       Necesito verlo.- me acerqué a la camilla.
       No podrás reconocerlo, el cuerpo está muy destrozado y la cara está deformada. No sé si podrás soportarlo.- dijo cogiéndome del brazo.
       Debo intentarlo....tranquilo no iba a estudiar medicina por nada.- estaba a punto de deslizar la sábana.
       ¡PARA! No quiero que veas esto de verdad.- sostuvo mis manos.
       ¿¡Waeo!? ¡¿Waeire?!- me solté bruscamente.
       No quiero que tengas que ver algo así. El cuerpo de esta persona es muy semejante al de HyunJo y no quiero verte sufrir. 
       ¿Waeo? Quiero saber ya la verdad aunque me duela. Si es él...
       ¡ES QUE NO ES ÉL!
       ¡¿CÓMO PUEDES ESTAR TAN SEGURO?!
       Por que lo sé. Algo me ha dicho que no es, no solo el que no llevase el colgante. Además dentro de nada es el aniversario del fallecimiento de su hermano, no creo, es más estoy seguro, nunca se le hubiese olvidado y lo hubiese potegido pese a su vida.
       MyungSoo...yo también quiero volver a ver a HyunJo, pero son tan parecidos...Quiero pensar que no es él....hajiman...
       Tranquila Alex...- me abrazó.- Ya es muy tarde, creo que ambos debemos descansar un poco. Voy a acompañarte a casa y si quieres vuelvo a la compañía para hablar con tus amigas y que vengan a hacerte compañía.
       ¿Y qué pasa contigo?
       Gwenchanha goya.
       Annyo, quiero estar sola hoy. Mañana volveré a la compañía y hablaré con ellas, por favor no les digas nada.
       Arasseo, llamemos un taxi.
       MyungSoo
       ¿Dee?
       Gracias por todo lo de hoy, gracias por haber cuidado de HyunJo y gracias por contarme vuestra historia.- me sonrió
       Any ibnmida. No he terminado de contártela. La terminaré de contar junto a HyunJo.-acarició mis hombros.
Salimos algo cabizbajos del hospital. Ambos sabíamos que aquel joven era casi idéntico a HyunJo, pero ninguno de los dos queríamos reconocerlo. Sin darme cuenta, aquel suceso nos había permitido en pocas horas hacernos más cercanos. Aquel día en el hospital no vi al mismo MyungSoo que había visto cuando venía a casa a visitar a HyunJo. No era el MyungSoo prepotente, erudito, serio, callado que veía. HyunJo debía significar mucho para él, para dejar salir a su verdadero ser. El trayecto hasta casa fue igual que la llegada al hospital, silenciosa, sepulcral. MyungSoo no cambiaba su expresión, seguía mirando y apretando aquella joya. Me fijé todo lo que pude en aquella reliquia. Nunca la había visto antes, ni siquiera en el baño de HyunJo, aunque si es cierto que siempre llevaba una cadena colgando de su cuello. ¿Cómo se me había pasado ello por alto? ¿Hoy llevaba la cadena? No podía apenas recordarlo. Salí del taxi a las 22:30. Ciertamente el día se me había hecho eterno y sabía que aún me quedaba mucho por delante. Con paso indeciso y pesaroso llegué a la puerta de casa y la abrí, una vez dentro pude derrumbarme tranquila. Me arrastré por los pasillos de la casa pensando en lo callada que estaba la misma en su ausencia, pensando en qué probablemente se quedaría así enternamente. Notaba cómo la soledad se apoderaba de cada rincón de mi cuerpo y provocaba que se incrementara mi peso por el doble o más. Llegué a duras penas a la habitación de HyunJo y me tumbé en su cama. Su aroma aún estaba fresco. Abracé uno de los cojines fuertemente contra mi pecho. Miré las paredes, las estanterías, los armarios, los cajones, todo, pero nada. Únicamente encontré una caja en la que decía "recuerdos del pasado" en la que pude encontrar un diario, que evidentemente no abrí, y gran cantidad de fotos de HyunJo con su hermano, supuse, y con MyungSoo de pequeños. Parecían tan unidos y felices, tenía guardada hasta la cinta que te daban y dan en los hospitales. Dos de las fotos llamaron mi atención, pues eran exactamente igual, la diferencia radicaba en las personas del interior de la fotografía. En ambas salía HyunJo en la misma posición, pero en una de ellas salía su hermano y el otra MyungSoo en la misma posición que tal hermano, ambos sujetando con una mano aquel colgante. También hallé otra caja pero en esta ponía "recuerdos junto a la princesita". Cuando la abrí mis lágrimas cayeron solas por todas partes de mi cara. Había guardado cada detalle, cada cosa sin importancia que le había dado, cada foto, todo, incluso los recuerdos de cuando estuvo en España. También había un diario. Tuve la tentativa de leerlo, pero no lo hice, sabía qué no estaba bien. Sin embargo, no pude encontrar por ningún lado su tesoro, eso quería decir que si lo llevaba con él. Eso me daba más fuerzas. No obstante, no podía dejar de llorar y de lamentarme por no haberlo detenido cuando tuve la oportunidad.
Debía salir de su habitación, era demasiada presión para mí. Ayudándome de las paredes pude llegar hasta el salón. Era las doce, genial ya estaba en otro día. Mis ojeras y mis ojos debían de ser un cuadro negro y rojo. Al menos el que nadie me hubiera llamado era señal de que HyunJo no había sido encontrado muerto. Me coloqué frente al hermoso piano que una vez pudimos tocar juntos y dejé que la música expresara mi estado de ánimo. Parecía que aquella aligeraba el peso de mi corazón y me hacía sentir mejor y más cerca de él, hasta que alguien tocó la puerta. ¿Quién sería a estas horas? Dije que quería estar sola. A lo mejor lo habían encontrado y no me lo habían dicho. Me apresuré, dándome un golpe contra el piano en la cadera, hacia la puerta y la abrí con todo mi valor.
       Annyong Alex.
       A-a-a-anyong. ¿Waeo? ¿Deo?- Antes de que me contestara se abalanzó a abrazarme. - ¿Waeire?- lo aparté de mí.
       Oh, mian..., nan…solo quería saber qué estabas bien y que no hacías ninguna tontería.
       Ara, ahora que ya me has visto y ves que estoy perfectamente, ya puedes marcharte.
       Alex...naneun...
       ¿Neon wae?
       Solo quería acompañarte en este difícil momento. Sé cuán importante es él para ti y lo mucho que ambos os querías y quereis. Sé qué no soy nada para comentar acerca de ello y mucho menos para estar aquí, pero siento en mi pecho que si no lo hago esto me carcomerá por dentro. Mianhae Alex por todo lo que te he hecho y dicho, honestamente tú eres una persona importante y especial para mí, mianhanda.
       K-i-i-j-i-in....- comencé a llorar.- Ya no puedo más, solo quiero saber que HyunJo está bien, solo quiero ver cómo entra por esta puerta y me dice su típico "hola princesita", solo quiero que esté vivo...
KiJin escuchó mis llantos y me abrazó dulcemente acariciándome la cabeza. Me ayudó a llegar al salón y me dejó sentada en el sofá, mientras él se dirigió a la cocina a prepararme algo para cenar.
       Mogo
       Annyo, no tengo hambre.
       Mogo, tienes que comer. ¿Y si caes enferma?
       Arasseo.- dije a regañadientes.
       Te preparé tu sopa preferida de sobre.
       ¿Ottokahae algoisseo?
       NeRa.- me sonrió.
       ¿Por qué será que no me sorprende?- reí.
       ¡Sonreiste!
       Annyo...
       Arasseo, arasseo, yo lo imaginé.
       Dee.- él me alimentó de la misma forma que yo lo hice cuando estuvo enfermo.- Gomawo...- noté como se me formaban lágrimas.
       ¿Waeo? Que así la comida solo te va a saber a mocos.- reí levemente.
       Jinjja jinjja gomawo. Después de lo mal que te he tratado... mianhae... para mí también sigues siendo importante.
       Tranquila ahora lo más importante es que comas, descanses y esperar a que encuentren sano a HyunJo.
       Deee
Después de terminar de comerme la sopa, KiJin dejó que apoyase mi cabeza sobre sus piernas mientras él me acariciaba suavemente la cabeza y cantaba delicadamente una nana. Y eso fue lo último que recuerdo, junto a un ligero piano, creo, antes de que todo a mi alrededor fuera perdiendo color y me quedase profundamente dormida hasta que tocaron el timbre.
Abrí mis ojos y miré mi reloj eran las siete de la mañana, ¿quién sería? Miré a mi alrededor, no podía moverme, estaba algo incómoda. Pero, ¿cómo había acabado durmiendo en los brazos de KiJin? Un calor invandió todo mi cuerpo. Su cara estaba tan cerca de la mía que podía notar su relajada respiración. Deslicé uno de mis dedos por su flequillo negro, no me había dado cuenta de que no llevaba su típico tinte rojizo. Noté como mis mejillas enrojecían. El tiempo se me había detenido. Entre sus brazos me encontraba protegida y segura, no quería moverme de allí, pero el dichoso timbré sonaba una y otra vez. ¿Quién estaba estropenado mi hermoso momento? ¿Pero qué estaba diciendo? ¿Y si era algo de HyunJo? Me levanté despacio con el fin de no despertar a KiJin, tenía un sueño muy profundo. Evidentenmente, antes de levantarme hice una foto para recordar aquel momento eternamente. Llegué corriendo y sofocada a la puerta de la que ahora se oían golpes. ¿Por qué tanta insistencia? ¿No sería que ya lo habían encontrado? Se me hizo un nudo en el corazón. Antes de abrir miré mi móvil, tenía más de 20 llamadas perdidas. La mayoría eran de mi hermana, Gabri y Ana, alguna de KiMin y dos de un número desconocido.Volvió a sonar el timbre. Si Ana me había llamado más de 5 veces era por algo y no solo para preguntar por mí. Tenía que ser fuerte ante la noticia que estaba a punto de recibir, así que con mucho valor me dispuse a abrir la puerta. La abrí con los ojos cerrados.
       ¿Por qué no me abrías Alex? Llevo en la puerta como 15 minutos.

No dije nada, únicamente sonreí y dejé que algunas lágrimas salieran. Era él.

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