CAPÍTULO 35: SEGUNDA CITA
Miré mi reloj, eran las 13:30. Genial, KiMin llegaba media hora tarde. Si lo llego a saber, hubiese estado más tiempo en casa y hubiese escuchado el programa de la radio entero. Me quedé con ganas de escuchar a NeRa y a SooRi. ¿Cómo lo harían? A este paso no sé dónde íbamos a ir a comer. Ya me había acostumbrado según el horario coreano y estaba hambrienta. Una duda llegó a mi cabeza. Él ahora es un Idol famoso, ¿vendría camuflado o disfrazado? ¿Lo sabría reconocer? Pero en qué estupideces estaba pensando. Empecé a inquietarme. Ya no iba a ser como antes, ya no sería tan íntimo. Deseaba que no nos cruzáramos con ningún tipo de periodista. Cómo los podía odiar tanto. Son como monstruos que viven a costa de la vida ajena, repugnante. ¿Tan falta de motivación personal tienen que han de indagar en las vidas privadas y destruirlas?
Me
miré, iba muy sencilla vestida. Llevaba unos pitillos verde oscuro junto con un
jersey de lana color caramelo y un pañuelo
a juego con distintas tonalidades de verdes. Con lo que respecta a mi cabello, lo llevaba rizado por las
trenzas que por la noche me hice, tan solo le puse un poco de espuma, pero
quedó muy natural, estaba a falta de un buen corte de pelo. Tampoco iba muy
maquillada, tan solo llevaba rímel, pero me puse las lentillas, para que se
pudieran ver mejor mis ojos, aunque creo que ninguno de la compañía me vio con
gafas. Ya estaba viendo mi futuro en los titulares de todas las revistas,
"la reciente estrella KiMin fue visto con una joven durante el día tal y
hora tal y bla bla" y como no, me pondrían verde.
No
quería que mi vida cambiase, aunque con el tiempo sí cambió, y mucho. Me estaba
aburriendo cuando noté que alguien me tocaba el hombro por detrás. Me giré para
comprobarlo, pero no había nadie. Me giré nuevamente hacia el frente y ahí
estaba KiMin, tal y como es él, sin ningún disfraz, ni siquiera gafas, con una
enorme sonrisa sujetando una hermosa rosa roja.
• Annyeong,
siento haberte hecho esperar.- me dio la rosa.
• Annyo,
apenas esperé. Gomawo.- cogí la rosa y la olí, tenía un dulce aroma.
• Como
recompensa he pensado que podríamos ir después de comer al cine a ver una peli,
o a algún musical.
• Eso sería
genial.- comenzamos a caminar.- me encantaría ver un musical, pero es demasiado
caro, mejor vamos al cine que es más, como decirlo, porque ni tampoco, más
económico podríamos decir.
• Jajaja,
sigues siendo igual de rata.
• Rata no,
ahorradora. Si tú tuvieses que vivir con mi miseria me entenderías.
• Si te hace
ilusión ir al musical te lo puedo pagar yo.
• Anny,
ahorraré para ver aquel en el que salgas tú y poder ir a verte.
• Jajaja,
gomawo, entonces vas a tener que esperar laaaaaaargooo y tendidooo.
• Esa es la
idea, aprecio mis odios, gracias.
• ¡Ey!- me
dio un ligero empujón.- que sepas que soy muy bueno rapeando, puede que
cantando no, pero almenos algo hago. Ya aumentaré mi rango.
• Ya te
estoy imaginando " ijen
manchiwkae-e-e-e"- quebré mi voz en las últimas sílabas.
• Eee no te
burles, creo que fue lo único que heredé de mi padre.- tiempo más tarde
descubriría que no.- Por cierto, ya no me llamas oppa.- cambió a hablarme en
coreano.
• Dee, es
que se me hace algo extraño, no estoy acostumbrada a ello. No me sale natural,
puede que algún día lo haga, tiene que salirme solo.
• Arasseo,
esperaré entonces.
• Por
cierto, ¿adónde vamos a ir a comer?
• A un
restaurante típico coreano y tranquila, invito yo.- le sonreí.
El
camino hasta el restaurante fue bastante tranquilo, parece ser que las personas
no se percataron mucho de su presencia. Me alegré, hasta que entramos dentro.
De repente una oleada de fans se levantó de sus mesas hacia nuestra dirección.
No me lo podía creer, ¿enserio? Dios, solo era un chico normal, en esos
momentos solo era KiMin, no K-Kai. A veces las fans me sacaban de mis casillas.
KiMin comenzó a firmar autógrafos y a hacerse fotos. En uno de esos momentos me
dirigió una señal de perdón, que evidentemente acepté. Por lo menos las fans no
me hicieron nada. Tenía miedo de que me acosasen o algo por el estilo. A veces
daban mucho miedo y podían ser de lo peor. Era algo que escapaba a mi
entendimiento. Tan solo eran personas, con talento, es cierto, pero al igual
que ellas hay por el resto del mundo con mucho más talento y no son acosados.
No comprendía cómo podían llegar a actuar así. Es normal admirarlos, pero de
ahí a intentar tocarlo o algo más...No sé. Vi cómo KiMin me hacía una seña para
que subiese al piso superior del restaurante y eso hice, diez minutos más tarde
él subió.
• Jinjja
jinjja, mianhae. No quería que pasase esto.
• No te
preocupes es algo normal, supongo. Aunque no entendio cómo pueden ponerse así.
• ¿Insinuas
que soy insignificante?
• Efectivamente.
• Gomawo-
puso carita de gatito :3
• Quiero
decir que solo eres una persona más, una persona normal, todos somos iguales.
Unos más guapos y ricos que otros, pero iguales en lo que a persona respecta.
• Estoy de
acuerdo contigo. Pero me gusta saber que al menos tengo unas pocas fans que
aprecian lo poquito que hago.
• Dee, yo
también soy fan tuya y no por ello te acoso.
• Creo que
me daría miedo.- achinó sus enormes ojos.
• Bueno,
¿pedimos?
KiMin
ordenó por lo dos y tuvo el detalle de pedirme un cuchillo y tenedor aunque el
camarero lo miró extrañado. Antes de que llegase la comida nos dimos los
esperados regalos de navidad. Me gustó mucho que me regalase su propio CD, lo
vi tierno, pero prepotente al mismo tiempo. Comí muy agusto, estaba hambrienta.
No sé lo que comía, pero sabía estupendamente.
• Me alegro
de que te esté gustando.
• Dee, a mí
también, aunque no sé lo que es.- me miró.- ¡No! Que te veo venir, no me lo
digas. Estoy segura que si me lo dices me va a dar angustía.
• Jajaja,
está bien. Bueno y cuéntame. ¿Qué tal tus navidades?
• Geniales,
si tenemos en cuenta que solo he estudiado.
• Ya veo.
• Que va, es
mentira. De momento va todo bien y la víspera de navidad fue estupenda, la pude
pasar con mi hermana y SooRi y con BMS.- levantó la vista.
• ¿Jinjja?
Me alegro mucho y, ¿te regalaron muchas cositas?
• Dee, SooRi
me regaló una falda y mi sister me dijo que esperase, pero por el momento me
dio este cogalte.- se lo mostré.- Aaah y HyunJo, ¿lo recuerdas?- me asintió.-
me hizo un precioso regalo, me regaló un piano.- escupió el zumo que se estaba
tomando.
• ¡¿Un
piano?! Debes de ser muy importante para él.- dijo mientras se limpiaba.
• Eso creo,
él también es muy importante para mí, lo quiero mucho y me gusta cómo cuida de
mí.- KiMin se atragantó con la comida.
• Pero, a la
pareja de HyunJo no le molesta qué viváis juntos.
• Anny,
además, ya no tiene pareja, lo dejaron.- se le cayó la sopa de la boca. ¿Qué le
pasaba hoy?- El pobre lo está pasando muy mal. ¿Te pasa algo? Te noto muy raro.
• Deee,
gwenchanha.- dijo mientras rompia los palillos. No parecía estar muy bien.
• Arasseo,
confío en ti.
• Y..., ¿no
te sientes incómoda viviendo sola con él?
• Anny,
tenemos una gran confianza, nos lo contamos todo- bueno casi todo.- de eso se
tratan las relaciones ¿no?
• De-e-e.-
dijo mientras cerraba los puños.- supongo.
• Enserio
KiMin, hoy te noto muy extraño, ¿seguro no te pasa nada?
• Dee,
gwenchanha. Sigamos comiendo que se nos va a enfriar.
• Dee,
gomawo.
Terminamos
de comer con lentitud. El resto de la conversación fue algo más normal. Nos
reímos, gastamos bromas, hablamos de cosas serias, un popurrí, vamos. KiMin,
como prometió se ocupó de la cuenta y la pagó. Cómo se le notaban ahora los
billetes, macho. Yo seguía cobrando mi misma miseria y continuaba, como no,
siendo explotada. Tenía que tener una charla seria con HyunJo. Finalmente
decidimos ir al cine, tal y como habíamos propuesto. El cine no estaba muy
lejos de nosotros, tan solo tendríamos que andar unos 10 ó 15 minutos como
mucho. Tenía curiosidad por saber qué tipo de película veríamos. ¿De acción? o
¿de miedo? No sabía qué películas eran las que le gustaban. Me sentí mal. ¿Y si
no coincidíamos? Llegamos al establecimiento. Apenas había personas. ¿Quién iba
a ver a las 15:00 de la tarde? Había una gran variedad de cartelera. Adoraba
ver películas de miedo y comedias, sobre todo con mi hermana y verla sufrir y
llorar del miedo. Para mi desgracia solo había películas de amor, acción y
alguna de comedia.
• ¿Qué
vemos?- dijimos a la vez.
• Tú
primero.- le dije.
• Pues... me
gustaría ver alguna película de amor.
• ¿Amor?
• ¿Wae?
¿Shiro?
• Anny, si
la quieres ver, la vemos. Es solo que las películas de amor...., no sé, nunca
me gustaron mucho. Las veo muy melosas e imposibles, muy para enamorados
empalagosos. Además esa la vi hace poco.
• Vaya, una
chica a la que no le gustan las películas de amor, y ¿cuáles te gustan? ¿Jinjja?
¿Y eso?
• Pues me
gustan mucho las películas de risa y de miedo y las de dibujitos, me parecen
muy tiernas. Dee, la vi con HyunJo porque me obligó, le encantan estas
películas.
• A-a-ah.
Entonces, ¿quieres que veamos la de risa?
• Deee,
jebaaaaaaal.- lo cogí del brazo.
• Arasseo,
pero porque me lo pides tú.
• Yujuuu,
daebak. Gomawo.
KiMin
intentó invitarme al cine también, pero no lo permití, eso ya era abusar, yo me
lo pagué. Para hacer tiempo hasta que empezase la película, nos metimos en un
fotomaton a hacernos diversas y graciosas fotos para crear hermosos recuerdos.
Me alegré mucho de haberlo conocido. Para nuestra sorpresa la sala estaba más
llena de lo que esperábamos. Reímos como dos niños, hasta que KiMin, a causa
del cansacio, supuse, se quedó dormido y apoyó su cabeza en mi hombro. Me puse
nerviosa, nunca había tenido su cara tan cerca y podía notar su respiración. Le
acaricié el pelo, era increiblemente suave, me reí para dentro. Por suerte
estábamos sentados en la última fila y pude sacar, muy discretamente el móvil,
y hacerle, durante una escena con mucha luz, una foto para tener pruebas para
cuando se lo contara. Salimos del cine a las 16:45. Él debía de volver a la
compañía a las 18:00. Por lo que nada más salir decidió acompañarme a casa. El
trayecto fue muy tranquilo, bueno más o menos.
• KiMin.
• ¿Dee?-
dijo despertándo de su mundo.
• ¿Te gustó
la peli?
• Dee mucho.
• ¿Si? Y,
¿cuál fue tu parte favorita?
• Estoo...
cuando el prota hace esto y aquello...
• Aaah,
¿podrías explicarme el final? Es que no lo entendí bien.
• ¿Eh?- lo
cogí.- Esto, cla-a-aro... Pues...- lo veía sudar.
• Jajajajaja.-
no pude aguantar la risa.- No te acuerdas, ¿verdad?
• Anny,
mian, no sé por qué.
• Yo sí, te
quedaste dormido.
• Mentira
• Verdad,
¿quieres verlo?
• ¿Cómo?
Le
mostré la foto que yo misma nos había hecho. Salía realmente tierno, parecía un
niño pequeño. Yo, por mi parte salía levantando los dedos en señal de victoria
y riéndome.
• No me lo
puedo creer, ¿enserio? Jinjja jinjja mianhae.
• Dee, no te
estreses, no ha sido para tanto.
• Jebal, no
le digas a nadie, con nadie, me refiero a mis amigos, de que me quedé
durmiendo.
• ¿Waeo?
• Porque me
harán la vida imposible.
• ¿Jinjja?
Uuu y encima tengo pruebas...
• No me
gusta cómo está sonando tu voz. No estarás pensando en algo ¿no?
• ¿Yo? Por
favor, la duda ofende.
• ¿Jinjja?
Entonces voy a tener que quitarte el teléfono.
• Uuu, no me
asustas.
KiMin
comenzó a perseguirme por la calles de Seul, mientras yo huía y le hacía burla.
Como me estaba divirtiendo, hasta que me atrapó por detrás, justo en frente de
mi apartamento. KiMin me abrazó por detrás. Me tensé y también me puse
nerviosa. El corazón me iba muy deprisa.
• ¡Te
atrapé!
• Dee.- me
soltó y miró. Reímos.- Gracias por el día de hoy y por acompañarme a casa.
• Dee,
gracias a ti por cambiar mi rutina. Lo pasé realmente bien, gomawo. Espero con
ansias que volvamos a quedar.
Y
antes de que pudiera decirle si quiera adiós, KiMin me dio un beso en la
mejilla a modo de despedida. Los colores se me subieron. Alguien habría al
mismo tiempo la puerta del postigo.
• Oh,
mianhae.- dijo KiMin.
• ¿Eh?
¿Nega? ¿Waeo? - Era HyunJo.
• Dee, por
si te molestó lo hace un momento.- ¿Mande? En todo caso dímelo a mí, no a él.
• Anny, Alex
puede tener amigos ¿no? No tengo por qué controlarla. Sé qué es inteligente y sabe
cuidar de sí misma. Confío en ella.
• D-e-e.-
dijo KiMin algo avergonzado.- Bueno SangRa yo he de irme ya, gracias por todo,
ya te llamaré, annyong.
¿Hola?
¿Qué acababa de pasar? No entendí nada. ¿Desde cuándo HyunJo imponía tanto? Lo
miré con cara extrañada. Él simplemente alzó sus hombros en señal de duda. ¿Qué
le pasaría a KiMin? Durante todo el día lo noté extraño, como más distante. Le
preguntaría a Gabri y NeRa, ellas pasaban más tiempo con él que yo, seguro
sabían algo. Por el momento subí a casa y metí la rosa que me dio KiMin en un
tarro con agua.
No hay comentarios:
Publicar un comentario