domingo, 2 de julio de 2017

Rozando el cielo

CAPÍTULO 30: PREDICCIONES

¿HyunJo? ¿Así se llamaba? ¿Qué hacía aquí el joven de la foto? ¿Cómo había conseguido entrar? ¿Sería su novio? Entonces, ¿qué se suponía que era yo? Mejor aún, ¿qué narices estaba haciendo? Agradecí que llegase en el momento clave, sino ambos podíamos haber hecho algo de lo que nos arrepentiríamos. Había algo que no entendía. Ella apenas llevaba aquí tres meses, ¿cómo es que ya tenía novio si lo era? ¿Por qué vivía con él? ¿Se conocerían de antes? Había tanto que desconocía de ella. Me sentí mal, parecía enfadado. Me entró miedo.
       Alex, ¿me vas a contestar?
       ¿Eh? Dee, estrenar el regalo que me hiciste.- los miré.Definitivamente tenía que ser alguien importante para él. Comparado con mi regalo...- Volví a componer una nueva canción con él.- me señaló. ¿Qué hacía?
       Ya veo. Siento mis modales, encantado de conocerte, soy HyunJo, el propietario de la casa.- se acercó. Confirmado.
       Dee, igualmente.-dije mientras ambos hacíamos una reberencia.
       Alex me ha hablado mucho de ti- ¿jinjja?- espero que seas tan bueno como dice.- le acarició la cabeza.- Gracias por cuidar de ella.- Entonces, ¿se lo había contado todo?
       Dee.- dije con un hilo de voz- No te preocupes, en la MS todos la apreciamos y cuidamos con mucho cariño.
       Eso me ha contado varias veces, gracias por cumplirle un sueño.- ¿qué acaba de decir?
       ¿Eh?
       Siempre quiso ser compositora y parece que gracias a ti cada día mejora más, conocer y entrar en la MS era un sueño muy preciado por ella y conoceros también- parecía conocerla muy bien.- Gomsamida, además...
       ¡HyunJo!- lo detuvo, ¿qué iba a decir? -Esto, ¿por qué volviste tan pronto?
       Veo que la conoces muy bien, annyibnmida. Bueno entonces yo me retiro ya, me deben de estar esperando.- no pintaba nada.
       Dee, es mi mejor amiga. Cuídala cuando vuelva algún día a la compañía. Annyeong.
Le dirigí una mirada a modo de despido y me fui. Salí del apartamento y lo primero que hice fue tocarme los labios y el corazón. Por alguna extraña razón no sentía lo mismo que cuando veía a Alex con KiMin, ¿por qué? Gracias a todo lo ocurrido, pude, de momento, aclarar, mi mente. Tenía que averiguar si HyunJo era o no su novio, pero por lo pronto me mantendría al margen, era lo que me hacía falta para darme cuenta de que no debía intentar nada. No debía influir entre ellos. Al no sentir calor en el pecho pensé que se debía a que realmente no sentía nada. Una pregunta vino a mi mente, ¿debía contárselo a KiMin? KiMin era mi amigo. Pero cuando pensaba en él con Alex no me sentía bien, un nudo se formaba en mi garganta. Fui caminando hasta casa, todos estarían ya durmiendo, seguro. Iba, solo, por la calle, mirando el cielo cuando de repente...
       Caballero, disculpe, se le ha caido esto.
       ¿Eh? Omo, jinjja gomawo, no tendría que haberlo recogido usted.
       No se preocupe, estoy bien, como me dijeron, aún no soy vieja.-se rió.
       Dee.- le hice una reberencia.
       Joven, me recuerda a otros dos jóvenes que vi no hace mucho, uno iba acompañando a una mujer muy hermosa el otro creo que acaba de dejar a su novia en casa,  no me gusta ser cotilla.- ¿serían KiBum y JoonChae? - Le digo lo mismo que le dije a los dos, cuide bien de esa persona especial.
       Eeh dee
       Seguro que la propietaría del pañuelo se lo agradece.- ¿quién era esta anciana?- Estoy segura de que algún día todos ustedes serán felices a su manera, aunque tengan que pasar por muchos obstáculos.
       Dee, meli keuliseumaseu (Feliz Navidad).
       Igualmente.- me hizo una reberencia- Annyeong y recuerde lo que le dije.
Aquella ancianita me dio miedo, aunque por otro lado me pareció muy encantadora y hermosa. Las arrugas en sus ojos marcaban lo feliz que debió haber sido. Llegué a casa dándole vueltas a lo que la anciana dijo, aunque no le presté demasiada atención, tiempo después me arrepentiría. Entré sin apenas hacer ruido y, lo esperado, la casa estaba en silencio, todos debían estar durmiendo. Con sumo cuidado dejé en el pomo de la puerta de cada habitación correspondiente sus respectivos muñequitos para que por la mañana al despertar los vieran. Seguro que les encantaban. Lo difícil sería dar explicaciones de cómo los obtuve, pero bueno. Entré a mi habitación y me puse mi pijama de patitos. Me tumbé en la cama, estaba muerto. Además mañana teníamos la comida de la compañía, que suerte tenía SaeByeong él no tenía que ir. Por lo menos fin de año lo pasaríamos solo nosotros cinco, solos y en tranquilidad y con la única compañia de la botella de licor y la play. Por no hablar de la entrevista en la radio del día 27, omo, ¿podría descansar? Cogí todas las mantas y me las eché por arriba, quería desaparecer. Dejé el pañuelo donde siempre debió estar y de donde nunca debió marcharse, lo miré por última vez, sonreí y apagué la luz

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