domingo, 2 de julio de 2017

Rozando el cielo

CAPÍTULO 38: UN PRIMER BESO INESPERADO (II)

Me levanté sobre mi escritorio. ¿Qué hora era? Cogí el móvil, eran las 9. ¿Por qué no me había sonado la alarma? La estación estaba a una media hora. Dios mío iba a llegar tarde. Por suerte me dejé la ropa preparada. Me puse unos pantalones granates pitillos. En la parte de arriba opté por ponerme un jersey de lana beige que acompañé con una enorme bufanda negra que cubría todo mi cuello, a juego con las converse que me puse. Esta vez me puse mi chanqueta de cuero negra. Lo sé, lo sé, iba muy sencilla, pero para hacer turismo era lo más cómodo. Me puse mis lentillas, aunque metí mis gafas en el bolso. Cepillé mi cabello, eché un poco de rimel a mis pestallas y salí corriendo de casa. Oh Dios, eran menos cinco y no iba ni por la mitad del camino. Llamé a mis amigas, pero ninguna respondía, genial. Empecé a correr más rápido, seguro que me caía, pero pude aguantar el ritmo. Llegué a y diez, pero no vi a nadie. ¿Se habían marchado sin mí? Respiraba muy deprisa. Empecé a sudar muchísimo por la frente. Busqué en mi enrome bolso y nada, tanto tamaño para no llevar ni siquiera pañuelos. Me acerqué un poco más a la estación y vi cómo una mano me saudaba a lo lejos, o eso creía. Me acerqué un poco más, achiné los ojos y creí ver a KiJin. Me alegré de no verme sola y corrí hacia él. Me gustó la idea de que me estuviese esperando, me sentí importante. Llegué y me puse enfrente de él. Debía de llevar una buena apariencia, seguro, despeinada y toda sudada, en definitiva, perfecta.
·         Annyeong.- dije avergonzada.
·         Annyeong Alex.- me miró a traves de sus gafas.
·         ¿A-a-ú-n no han llegado los demás? -me costaba respirar.
·         Anny, fui el primero. Mis compañeros estarán a punto de venir, yo salí antes porque... mmm tenía que hacer unas cosas. ¿Por qué estás tan fatigada? Estás toda sudada.
·         Arasseo, deee, es porque vine corriendo pensando que llegaría tarde.- KiJin metió su mano en en su bolsillo y sacó un pañeulo.
·         No te muevas.- comenzó a limpiarme el sudor de la frente, agache un poco la cabeza.- Te dije que no te movieras no me dejas limpiarte. - continuó.
·         Go-o-omawo.- dije algo sonrojada.- Omo, es el pañuelo que te regalé.- le sonreí.
·         D-e-e, siempre lo llevo conmigo, aunque ahora creo que tendré que lavarlo.- me sonrió. ¿Y SSG? ¿No han venido contigo?
·         Anny, ¿waeo?- sonó mi teléfono.- Chakanman.- lo cogí.- Es un mensaje de SooRi, dice: "Dongsaen, mian, no nos espereis, anoche se nos complicaron las cosas y no pudimos ir a tu casa, y hoy, al final, no vamos a poder ir, nos han adelantado los ensayos y no podemos faltar, por tanto el resto de BMS tampoco, jinjja jinjja mianhae, no nos espereis".
·         Vaya, pues quedamos dos.- comenzó a jugar con sus dedos.
Estupendísimo, si ya me costaba de normal relacionarme con las personas, pues si estábamos solos esto iba a ser un cachondeo. Agradecía que KiJin fuera tan extrovertido y divertido. Si no fuera por él creo que tan solo habría silencio.
·         Bueno, no importa, la podemos ver nosotros, ¿ungetji?
·         Dee.-dije.- ¿Y adónde vamos? No conozco mucho Seúl.
·         Mmm, había pensado en ir a "Insa-dong", que está muy cerquita de aquí.
·         ¿Insa-dong? ¿Qué es eso?
·         Está en el centro de la ciudad y se trata de un conjunto de tiendas y restaurantes donde solo se venden artículos típicos coreanos y prodecentes de Seúl.
·         ¿Jinjja? Me encantaría ir, aprendería muchísima cultura. Go, go, go.- lo cogí por el brazo. Miró su brazo.- Oh mian, me emocioné.
·         Tranquila, no me ha molestado, es solo que no me lo esperaba. Puedes dejar si quieres tu brazo.- ¿enserio?
·         ¿Y no te prejudicaré? Me refiero a la prensa y todo eso. No me gustaría meterte en un compromiso.- el corazón me iba muy deprisa.
·         No creo que nadie me reconozca sin maquillaje. Además llevo un gorro y gafas de sol, apenas se me ve la cara.
·         La verdad es que cuando te conocí por primera vez ibas más o menos igual y no te reconocí, pero la cuestión es que luego no hice más que darle vueltas, incluso te dibujé y no sabía quién era, pero tenía la impresión de que te conocía.- comenzamos a caminar, me olvidé por completo de lo del brazo.
·         ¿Jinjja? No tenía ni idea, ¿y cómo supiste que era yo?
·         Fue un día que tuviste una entrevista por la tele y mi hermana vino a casa y cogió el dibujo y me dijo:"Omo, que bien te quedó el dibujo de KiJin" y partir de ahi empecé a pensar y momentos después salías tú por la tele sujetando mi pañuelo, así lo descubrí.
·         Yo quiero ver ese dibujo.-me miró.- Ya veo. Yo recuerdo que cuándo vi a tu hermana pensé que era una persona muy parecida, pero a la vez muy distinta, a aquella con la que me choqué. Mian por quedarme con tu pañuelo.
·         Anny, me gustó saber que al menos la persona a la que tanto admiraba era quien lo estaba utilizando.
·         Go-o-omawo.
Llegamos a Insa-dong. Todo era muy hermoso. Numerosos puestecitos llenaban las calles. Sentía que entraba en una Corea totalmente distinta. Me sentía cómo una niña pequeña con un montón de caramelos. Me emocioné, estaba viviendo un hermoso sueño.
·         ¿Johahae?
·         Deee, jinjja jinjja joha.
·         ¿Por dónde quieres comenzar?
·         Mmm, podríamos ir primero a ver los puestecitos de arte y antigüedades y luego hacer una ronda por los de comida.
·         Arasseo, hoy mandas tú.
Comenzamos por el principio, vimos uno a uno todos los puestos, mientras KiJin me explicaba el significado de cada figurita que me gustaba. También vimos numerosos amuletos. Mientras los miraba con mucho detenimiento hubo uno que me llamó la atención, llevaba escrita una palabra que hasta el momento no había escuchado, ni tampoco conocía su significado, los caracteres no me coincidían, no tenía sentido lo que leía. Era como todos los demás, como una especie de bolsita hecha con tela, pero esta en especial era muy hermosa resaltaba su color perla. Ambos fuimos a coger la misma, nuestras manos se rozaron, nos miramos.
·         Mianhae, ¿querías cogerlo?- me dijo.
·         Anny, si te gusta a ti también cógelo tú.
·         ¿Joha?
·         Dee, me gustó mucho el color y lo que llevaba escrito, aunque no sepa lo que significa, pero era cómo si me llamase.
·         Dee, el color perla es muy hermoso, ¿molla?- afirmé- ¿Jinjja? Si lleva una frase que tú misma me dijiste hace algún tiempo.
·         ¿Jongmal? Imposible.
·         Dee, dice: "Solo la verdadera música...", está inacabado.
·         No puede ser que diga eso. Yo sé escribirlo y así no se escribe.
·         ¿Cómo que no? Lee.- Me lo mostró.
·         Ah, pues sí, lo había leído al revés, merong.
·         Babooo.- me pellizcó la mejilla suavemente mientras sonreía.
·         Es una pena que no esté la otra mitad, me gustaría saber cómo acaba.
·         Dee, es una lástima. Entonces, ¿vas a comprarlo?
·         Kurse, sí me gusta mucho, y siento que debo tenerlo, pero si tú también lo quieres....
·         Por mí no te preocupes.
·         Pero tú también fuiste a cogerlo.
·         No se preocupen si buscan la otra mitad yo la tengo.- dijo de repente el dependiente.
·         Oh, Ajusshi, lamento que estemos molestando al resto de clientes.- se disculpó.
·         Anny, no molestan. ¿Quieren que les enseñe la otra mitad?
·         Dee, jebal.- dije.
·         Aqui lo tiene.- se lo dio.
·         ¿Qué dice? ¿Qué dice? ¿Qué?- pregunté ansiosa.
·         Te lo leo entero: "Solo la verdadera música..., es la que llega a los corazones".
·         ¡Lo quiero!- dijimos a la vez. Nos miramos.
·         Esto..., iko quédatelos tú.- me dijo.
·         Anny, si para ti son importantes, a mi no me importa, quédatelos tú. Sé que esa oración es muy significativa para ti.-puse ambos amuletos en sus manos.
·         Hajiman...
·         Gwenchanha, por lo menos sé que tú los utilizarás bien.- le sonreí, aunque en verdad quería los amuletos.
·         ¿Se decidieron? ¿Le va a comprar el amuleto a su yeoja chingu?
·         ¿Eh?-dijo. Me puse roja y KiJin dejó de sacar las momedas de la cartera.
·         Dee, claro, para quedarse cada uno con una mitad.
·         ¿Eh?-parecía nervioso.- Dee, deee.- El ajusshi recogió el dinero y nos los dio.
·         Gamsamida, espero que les traiga mucha fortuna y prosperisad y sigan siendo muy felices. Son una hermosa y curiosa pareja.
·         De-e-e, gomawo.-dijimos. Nos despedimos y nos fuimos.
·         Caminamos hasta un banco donde nos sentamos.
·         Iko, ¿cuál quieres?- me dijo.
·         Annyo, elige tú.
·         Arasseo. Mmm- silencio.- El primero.
·         Araji, pues entonces yo el segundo. No había pensado qué cada uno se quedase con una parte.
·         Dee, yo tampoco.- me lo dio.- Ajusshi tuvo una gran idea.
·         Dee, así cada uno llevará una parte del otro.- me miró.- Quiero decir que así cada uno tendrá una parte del amuleto y una parte de su significado.- Buena salida.
·         Aaah, deee.- dijo apresurado.
Después continuamos viendo los distintos puestos, había de todo tipo, de bisutería, de figuritas, de máscaras con las que jugamos y nos hicimos varias fotos. A veces podía a llegar a ser muy infantil. Me gustaba, no me hacía sentir tanto la gran diferencia de edad. Cuando estaba con KiJin me sentía muy cómoda, como si nos conociéramos desde hace tiempo, y tan solo llevaba 4 meses en corea. Me sorprendió que me tratase como a una más, como si me tuviese mucha confianza. Se estaba aproximando la hora de comer, así que decidimos comenzar a mirar los puestos de comida. Fuimos picoteando, y pagando, en los distintos puestos. Nunca había provado esa serie de comidas, formaba hermosos y explosivos sabores en mi paladar. Llegamos a uno de nubes de colores caseras.
·         Wow, nunca vi cómo se hacían.- dije muy ilusionada.
·         ¿Jinjja?- asentí- Gidaryeo.- cogió una nube blanca.- Di "aaah".
·         "Aaah".- me alimentó. Me dio un poco de vergüenza.
·         ¿Joha?
·         Mashita. Se deshace en la boca como si fuera algodón, es muy suave. Gomawo.- me acarició la cabeza.
·         Dee, ¿continuamos?
·         Dee, ¿pero en qué puesto comemos? Es que tanto picotear me ha abierto el apetito.
·         ¿Ramen johaheyo?
·         Dee.- dije con mucho énfasis.
·         Decidido entonces. - bien, algo barato.
Fuimos hasta el puesto de ramen, lo pedimos y nos sentamos en una de las mesitas. Genial, ya me costaba de normal comermelos con tenedor pues con los palillos iba apañada. Los separé muy lentamente con cuidado de no romperlos, pero no sirvió de nada, uno de ellos acabó más largo que el otro. KiJin ya había comenzado a comer.
·         Omo, eso da mala suerte. Hoy no va a ser un gran dia para ti- me miró riendo.
·         Dee, no se me da muy bien separarlos.- continuaba comiendo.- gracias
·         Mogo (come) que se te va a enfriar.- le asentí.
Bien, ahi iba a intentar no hacer el ridículo y comer con un poco de dignidad. Introduje los palillos en los fideos. Hasta el momento todo iba bien, ahora solo tenía que sacarlos con cuidado y con algo de comida por favor. Los levanté, increible, sujetaban comida, la sujetaba. Fui a metermelos en la boca cuando sin más se cayeron de nuevo al tazón junto con los demás y mi dignidad, salpicándonos a ambos.
·         ¿Gwenchanha?
·         Dee.-dije.
·         ¿Sigues sin poder utilizar los palillos?
·         Dee.- miré hacia el suelo.
·         Gidaryeochi.- ni lo miré.
Sin darme cuenta, KiJin se levantó de su asiento y lo puso junto a mí, sentándose. Vi de reojo cómo cogía mis palillos y los introducía en la sopa. Levantó los fideos y los escurrió.
·         Iko.-dijo.
Me giré muy bruscamente a causa del susto. La cara de KiJin parecía una novela, parecia muy sorprendido y desorientado. Su rostro estaba a muy escasos centímetros del mio. Podía notar su respiración, por tanto él también. Nunca lo había tenido tan cerca en su totalidad, ni aquella vez junto al piano. Me sofoqué y me puse nerviosa. Quería abrazarlo, tenerlo más próximo a mí. Levantó un brazo que se acercó a mi cara. ¿Qué iba a hacer? La aproximó cada vez más, la mano y su cara. No sabía qué hacer, cerré mis ojos.
·         ¿Qué estas haciendo? ¿No piensas abrir la boca?- dijo mientras me pellizcaba.- Tus fideos se enfrian.
·         ¿Eh? Dee.- la abrí y delicadamente me alimentó.
·         ¿Quieres que te enseñe a utilizarlos?
·         ¿Jongmal?- me asintió.- Dee.
Se acercó un poco más, ¿acaso podía? Ladeo su cuerpo para quedar por detrás de mí. Cogío mi mano derecha junto con la suya para que ambos cogiéramos juntos los palillos. ¿Qué no entendía KiJin de la distancia? Si a un metro el corazón iba a 1000, a meros centímetros... Notaba su respiración y dulce voz en el cuello que me subía como un escalofrio. Además el tacto de sus manos me ponía mucho más nerviosa, ¿cómo podía estar él como si nada? Es verdad, para él solo era una buena amiga, no tenía por qué sentirse incómodo, mientras, yo disfrutaba.
·         ¿Arachi? Tienes que cogerlos como te mostré.- se apartó.
·         ¿Eh?- desperté.- Dee sir.- Lo intenté y para mi sorpresa funcionó.- ¡Lo conseguí! Mira KiJin, lo conseguí.
·         Aplaussu.- ambos  reímos.
Terminamos de comer el ramen. Creo que nunca me supo también como hasta entonces. Lo había comprobado, ver comer a los asiáticos y hablar al mismo tiempo no era una cosa agradable, pero ya estaba acostumbrada después de tanto dorama. KiJin parecía no haber comido en años.
·         KiJin- me miró.- ¿Gwenchanha? Pareces hambriento.
·         Dee, gwenchanha, es solo que no suelo comer este tipode comidas, tengo que seguir siempre las dietas, así que hoy estoy aprovechando para abastecerme.
·         Aaah, ya veo, por mí no te preocupes, come todo lo que quieras. Tenemos tiempo.- le sonreí.
·         Gomawo, pero ya estoy terminando.
·         Dee, mientras, podemos pensar qué hacer.
·         Dee, ¿qué te gustaría visitar o hacer?
·         Esto..., no sé si querrás, pero...
·         Dime.
·         Si no quieres no pasa nada, lo entendería, eres una persona ocupada y además tampoco deberías dejarte ver con alguien como yo, pero...
·         ¿Eh? Me estás asustando. Yo decidiré si tengo o no tiempo y con quien quiero o debo juntarme, nunca me preocupó lo que los demás pudiesen pensar. Hoy simplemente soy Choi KiJin.
·         Dee, gomawo. Pues...- me daba vergüenza, no sabía cómo decirlo.- la verdad es que me hace mucha ilusión- me miró- ver un musical, y la verdad es que tengo unas entradas para hoy a la tarde, y no tengo con quien ir y, eso, me preguntaba si querrías ir conmigo.- jugaba con mis dedos.
·         Esto.- puso una cara extraña. Silencio- ¡Me encantaría!- me sonrió.
·         ¿Jinjja? Pensé que no querrías. Gomawo jinjja jinjja gomawo.
·         ¿Weao? No hay ninguna razón para decir que no.
·         El musical comienza a las seis, tenemos mucho tiempo hasta entonces, así que decide que vamos a hacer hasta entonces. Algo que te haga ilusión.
·         Pues la verdad, me gustaría ir Lotte World.
·         ¿Qué es?
·         Es una especie de parque que se compone por distintas franjas. Cada una hace referencia a un lugar del mundo, además en el centro hay una hermosa pista de patinaje.
·         Wow, parece hermoso, pero ¿y eso que quieres ir? ¿No has ido nunca?
·         Si fui alguna vez, junto con mis compañeros. Pero....- una ligera sonrisa apareció en su rostro.- quería ir contigo a la zona de España para aprender más sobre ti y tu país.- rió.
·         G-o-o-o-ma-wo.- seguro me sonrojé.- Pues entonces vamos.- dije muy feliz.
KiJin terminó de comer y juntos recogimos la mesa. Que persona tan hermosa era. Era tan bueno, tan amable. Me parecía un sueño estar pasando el día con él. Seguimos hablando y riendo de camino a Lotte World, era imposible estar triste a su lado. ¿Cómo podía habérseme pasado desapercibido Lotte World si era enorme? ¿Enserio vivíamos en la misma ciudad? Cuan ignorante era. Llegamos a la entrada y un guardia nos atendió.
·         Dos entrada, jebal.- dijo KiJin.
·         Son 35.000 won cada una.
¿Qué acaba de decir? ¿Era una broma? ¿Estaban todos locos? ¿Pero que llevaban? ¿Oro? No disponía de ese dinero. Joo, me hacía muchísima ilución, pero no podía permitirme algo tan caro.
·         Deee.- dijo.Lo cogí del brazo.
·         KiJin, no puedo pagarla, no dispongo de tanto dinero.
·         No te preocupes, yo te la compro.
·         Anny, eso es abusar.
·         Anny, quiero comprártela. De verdad que me hacía ilusión venir contigo, esto, además, tú me vas a invitar al musical, uno por el otro.
·         Hajiman....
·         Hajiman nada, choki (disculpe), deme dos entradas.
·         Dee, aqui tiene señor, disfruten.
·         Gamsamida.
KiJin empujó de mí para que entrase. No me gustaba depender de las personas, ante todo era una mujer independiente y fuerte. Pero sabía qué si no aceptaba me arrepentiría el resto de mi vida. Entramos. Todo en su interior era hermosísimo. Se podía ver en el centro la enorme pista de hielo, que más tarde visitaríamos. Parecía cómo si estuviese entrando en distintos lugares del mundo. Teniamos que encontrar España, no creo que fuera difícil, era mi propio país. Nos pusimos a buscar, pasó casi una hora y no lo encontrábamos, aquello era enorme. Ya eran casi las 5, el musical empezaba a las seis, teniamos que darnos prisa.
·         Recuerdo que la última vez que vine estaba por aqui.
·         No pasa nada, podemos buscarlo, solo tenemos que encontrar una bandera con tres rayas horizontales, dos rojas y una amarilla.
·         ¿Jinjja?- parecía sorprendido.
·         Deee, ¿wea?
·         Vi esa bandera hace como más de media hora.
·         ¡¿Jeogmal!? No me lo puedo creer.
·         Mian, no sabía que esa era la bandera que buscábamos.
·         Eres único, ¿conoces algo de España a parte de a mí?- iba a responder.- Pero que digo si te fuiste junto con KiBum y JongDong a Barcelona, ¿cómo es que no te acordabas de la bandera?
·         Omo, es verdad, no había caído, por eso me sonaba tanto, mian- hizo una señal de disculpa mientras se reía.
·         Babooo- dije mientra le daba golpecitos en la espalda.- Al menos te acordarás de dónde estaba ¿no?
·         Deee, no muy lejos, tenemos que ir hacia la derecha.
·         Ar-a-asseo.- me empujó sin quere un hombre. KiJin me cogió entre sus brazos.
·         ¿Gwenchanha?
·         De-e-e, gomawo.
Los brazos de KiJin eran anchos y fuertes. También eran cálidos. Gracias hombre desconocido por empujarme, gracias.
·         Las personas deberían de tener más cuidado al caminar.- dijo mientras me separaba.
·         Deee, de nuevo gomawo.
·         Tienes que tener más cuidado.- me acarició la cabeza. Parecía su hermanita pequeña.
·         Deee, "appa".
·         ¿Appa? Tampoco soy tan mayor, tan solo son 7 años la diferencia, como mucho puedo ser tu "oppa".
·         Dee, iba a decirte oppa- comenzamos a andar.- pero es que no me sale natural. Desde los 15 años siempre me decía que si alguna vez os conocía nunca os llamaría oppa, no me acuerdo por qué, pero ahora no puedo llamar a nadie oppa, ni siquiera a KiMin.
·         Ya veo, la verdad es que a mi tampoco me sale natural decirte dongsaeng, mejor así, solo por nuestros nombres.- me sonrió.
·         Deee.
Llegamos a la zona de España. Genial, me encantó encontrarme con un enorme cartel que decía: "Lo sentimos, estamos en reforma, próxima avertura el 15 de enero, disculpen las molestias". Estupendo para algo que voy a hacer con KiJin y está cerrado, ¿será el destino?
·         No me lo puedo creer, que mala suerte.- dije.
·         Dee, de verdad quería verlo.
·         Desde luego este no es mi día, dichosos palillos.
·         No pasa nada, en dos semanas volverá a estar abierto, podemos volver.
·         Pues empezaré a ahorrar ya.
·         ¡Fighting!- reímos
·         ¿Y qué hacemos ahora? Para el musical aun queda aproximadamente una hora, y el teatro está justo aqui al lado.
·         Dee, es verdad. Pues si quieres podemos bajar a la planta baja e ir a la pista de hielo, aunque no se me da demasiado bien patinar.
·         ¡Deee! Estaría muy bien. A mí tampoco se me da muy bien, no pasa nada. ¿Bajar? ¿Por el ascensor?
·         Dee, ¿weao?
·         Esto...., no me gustan mucho los ascensores de los establecimientos, van muy deprisa..., me dan miedo.
·         Aigooo, yeppone, jajajajaja.- inflé mis mofletes.- Entonces, ¿deberíamos de bajar por las escaleras?- dijo mientra me los chafaba.
·         Deee.- sonreí.
Bajamos tranquilamente por las escaleras hasta que KiJin se tropezó con sus propias piernas y estuvo a punto de caer. Era único. Intenté aguantarme la risa, pero al verlo reir no pude evitarlo y acabé llorando. Llegamos a la pista y nos dieron nuestros patines. Allí dentro hacía frío. KiJin destacaba con las gafas de sol. Me puse los patines rápidamente, mientras me quedé mirando a KiJin. No entendía cómo no lo pude reconocer, me sentí mal, pero por lo que se veía las personas tampoco lo habían reconocido. De repente me miró y me dedicó la más dulce de las sonrisas, además de un salido. Comencé a tener calor, me sentía derretir.
·         Ya estoy listo.
·         ¿Ikuze (vamos)?
·         ¿También sabes japonés?
·         Dee, un poco.- dije juntanto dos dedos.
·         Kawaii (bonita), ikou.
KiJin entró primero y me ayudó a pasar de un lado a otro. Por favor que no me cayese, no quería hacer el ridículo. Entré al hielo con mucho cuidado. Comenzamos patinando por la barra, lentamente, me aburría. Prefería patinar por el centro y reirme.
·         KiJin, ¿y si patinamos por el centro?
·         No estoy seguro.
·         Veeeengaaa.
·         Arasseo, pero no te vayas muy lejos.
·         Dee, dame las manos.- me la cogió, no me lo esperaba.- Patinemos juntos.
Comenzamos a patinar tomados de las manos. Me sentía estupenda, se me olvidó que estábamos rodeados de más personas, yo solo veía a KiJin a mi lado. El cual empezó a patinar más rápido, ¿no era que no sabía? y se soltó de mi mano. Se puso delante de mí y comenzó a bailar uno de los bailes de BMS. Comencé a reirme como una loca y me puse a su lado a bailarla también, mi timidez se me olvidó, pero como no, KiJin se tropezó y se cayó, tirándome a mí también. Me hice algo de daño en el tobillo pero no dije nada. Reímos.
·         ¿Gwenchanha?- preguntamos.
·         Dee, mianhae, no pretendía tirarte.
·         Dee, gwenchanha, fue divertido.- me ayudó a levantarme.
·         Omo, son casi las 6 ya.
·         ¿Jinjja?- me afirmó.- Pues tenemos que darnos prisa.
Salimos de la pista de patinaje lo más rápido que pudimos, cuando quería era muy veloz. Nos quitamos los patines. Me miré el tobillo, llevaba una herida y un moratón, esperaba que los zapatos no me rozaran. Menuda vergüenza íbamos a pasar en el musical, esperábamos que nuestras ropas se secaran un poco. Salimos del establecimiento y pusimos rumbo al teatro. Llegamos a las 6 en punto. En la puerta un encargado nos pidió las entradas. Sorpendentemente, no las había perdido. Se las entregué y nos indicó el camino. Todo estaba muy oscuro, apenas se veía nada, y encima las lentillas se me estaban comenzando a secar. Seguro que me tropezaba con alguna butaca montando un papelón. De repente KiJin cogió mi mano y me guió. Me pellizqué. Estaba soñando, no podía ser de verdad. Llegamos hasta nuestros asientos y nos sentamos. Poco después el espectáculo comenzó.
Ahora tocaba hora y media de buena música y silencio. Durante numerosas veces miré de reojo a KiJin, tenía la tentación de apoyar mi cabeza en su hombro, pero no había que ser codiciosa, con lo que tenía era suficiente. Analicé todo lo sucedido y más tenía la sensación de que KiJin me veía como a una hermana menos, bueno, algo era algo. Durante la última canción cerré mis ojos, me pareció muy hermosa, recuerdo notar caer las lágrimas por mis mejillas, verdaderamente le ponían mucho corazón. Me alegraba de haber compartido ese hermoso momento junto a él. Cuando terminó el musical salimos de los últimos de la sala, y para nuestra sorpresa estaba lloviendo, pero ¿cómo? Si hacía un día precioso. Dichosos palillos.
·         ¿Ottokhae?- dije.
·         ¿No trajiste paragüas?
·         Dee, ¿ojjoji? Son casi las 8 y tengo que volver a casa, porque no llevo llaves y a esa hora HyunJo había quedado.
·         ¿Jinjja? Podemos intentar conseguir un taxi, aunque creo que será difícil.
·         Y tampoco podría pagarlo, aigoo.
·         Yo creo que llegaríamos antes andando.
·         ¿Con la que está cayendo?
·         Dee, ¿por qué no? Si no llegas antes de las 8 te vas a quedar fuera y te vas a mojar igual, por lo menos mójate para saber que después estarás calentita en casa.
·         Araji, aunque no lo veo muy claro.
·         ¿Cómo que no?- Tiró de mí. Sentí la lluvia caer sobre mi piel.
·         ¡KiJin!
·         ¿Weao?
·         Te voy a matar.
·         Eso si consigues atraparme.
Comenzó a correr en dirección de mi casa y yo lo perseguía por detrás, gritándo que se detuviese, pero, evidentemente, no me obedecía. En el fondo me lo estaba pasando muy bien, pero el tobillo ya comenzaba a dolerme, aún así continué. KiJin parecía divertirse también, ¿pero no se supone que no tenía resistencia? Notaba mucho frio por el cuerpo y mi tobillo ya no podía más, caí. KiJin al verme retrocedió rápidamente.
·         ¿Gwenchanha? ¿Qué ha pasado?
·         Gwenchanha, tan solo me lastimé un poco el tobillo mientras patinábamos.
·         ¿Jinjja? ¿Y por qué no me lo dijiste antes? ¿Baboya? Déjame verlo.- me levantó el pantalón.- Omo, está bastante hinchado, ¿crees que podrás andar?
·         Mian, no quería molestarte más. Molla.
·         A ver, vamós a probar.- me ayudó a ponerme en pie. Entre el frio, la lluvia, y el tobillo se me hacía difícil moverme.
·         Mianhae, lo intento, pero me cuesta mucho.
·         Arasseo, esto no funciona.- se agachó.- sube, yo te llevaré.
·         ¿Jongmal? ¿No seré muy pesada?
·         Annyo, sube.- cogió mis brazos y me subió a coscoletas.
·         Gomawo.- dije mientras hundía mi rostro en su espalda.
El trayecto hasta casa fue tranquilo, apenas hablamos, yo tenía demasiado frío y el debería de estar aguantándolo para poder cargar conmigo. Debimos tomar un taxi. Me sentí fatal. Lo notaba tiritar, quería llorar, lo abracé con más fuerza para darle algo de calor. Llegamos a en frente de mi casa y me bajó.
·         Mianhae.- comencé a llorar, aunque no se notaba por la lluvia.
·         ¿Waeo?
·         Por mi culpa has tenido que cargar conmigo y además has pasado mucho frio.
·         Annyo, gwenchanha, además te lastimaste por mi culpa.
·         Hajiman... ¿y si erfermas por esto? Si te pasase algo por mi culpa, creo que no lo podría soportar. Solo te causo problemas.- agaché mi cabeza.
·         Alex..., annyo. No me has causado ningún problema.- me levantó la cabeza.- al contrario hoy disfruté mucho. Gracias por hacerme sentir como una persona normal de nuevo, hoy volví a ser yo.- se acercó.- gomawo. Comencé a llorar con más fuerza y no pude evitar abrazarlo.
·         Jinjja jinjja gomawo. Gomawo por cumplirme un sueño. Y mianhae.- se quedó inmóvil. Cuando me di cuenta de la situación, me aparté.- mianhae, no quería...
Nos miramos. Me escocían los ojos, seguramente los tendría bastante irritados a causa de la lluvia, las lágrimas y las lentillas. No me había dado cuenta de que KiJin ya no llevaba las gafas, podía ver sus hermosos y sinceros ojos, donde se reflejaba la luna. De nuestras bocas salía humo, ambos debíamos de esatr helados. KiJin se aproximó. No me moví. Tan solo mantuve mi mirada fija en él. Nunca lo había visto tan serio, me miraba fijamente, me dio miedo. Se aproximó un poco más, ya podía notar su agitada respiración, ¿notaría él la mía? Deseaba tenerlo más cerca, más próximo, más mío y sentir su calor y sus manos tocándo mi cuerpo. ¿Pero qué estaba pensando? Tragué la saliva, estaba nerviosa, quería moverme pero el frío me lo impedia. KiJin levantó un brazo y lo fue aproximando dulcemente hacia mi cara de donde aparto algunos de mis cabellos muy delicadamente. Dejó su mano posada en mi mejilla. Levanté con mucho esfuerzo mi mano y la coloqué sobre la suya. Comenzó a acercar su cara a la mía, tuve que bajar mi mirada. Siguó apróximandose. ¿Ottokhae? Alcé mi mirada y me encontré con la de KiJin, vi mucha ternura, ¿qué iba a hacer? Sentía su cálido aliento. Sus cortados labios quedaron a escasos centímetros de los míos.
·         Alex...- susurró.

Colocó su otra mano alrededor de mi cintura, me acercó más todavía hacía él, fundiendo sus labios con los míos en un duradero, dulce, esperado y cálido beso.

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